Luis Enrique no arranca
El Roma, con 11 caras nuevas y ya fuera de la Liga Europa, pierde en su debut liguero
Por segundo partido consecutivo, el Roma se marchó del estadio Olímpico bajo una lluvia de silbidos. Si hace dos semanas fue por la eliminación en la Liga Europa, ayer fue por la derrota en el debut liguero contra el Cagliari (1-2). Entre medias, estalló el caso Totti. Luis Enrique no ha empezado con buen pie. Tiene el apoyo de la directiva y del presidente, pero no el de los aficionados. O, al menos, el de buena parte de ellos. Mal asunto en una plaza como la de Roma. "Tengo una buena plantilla, he visto cosas buenas y sigo siendo optimista al ciento por ciento", dijo el técnico. Menos parecen estarlo los pesos pesados del vestuario. Entre ellos, Daniele De Rossi. "Hay identidad y también juego, pero falta concretar. No llegamos nunca a la portería. Tenemos una identidad, pero no basta con que sea bonita y con tener la posesión. Hay que saber ganar", fue el mensaje que lanzó.
En los dos últimos cursos ningún técnico romanista ha terminado el campeonato
El español se ha encontrado con una ciudad entregada a Totti
No es Roma un sitio que tengapaciencia con los entrenadores. En los últimos cuatro años ha cambiado cinco y en las dos últimas temporadas ninguno ha terminado el campeonato. "¿Cuánto tiempo necesitamos?", se preguntó Luis Enrique a pie de campo. "No lo sé. Hemos empezado un nuevo proyecto con gente muy motivada y que tiene ganas de trabajar. Los resultados no llegan todavía, pero estoy seguro de que las cosas cambiarán", analizó.
Luis Enrique llegó de la mano de Franco Baldini, secretario técnico del Madrid y del Roma en los tiempos de Fabio Capello. Fue este, a la espera de que termine su contrato con la selección inglesa para volver a Italia, quien convenció a los nuevos dueños del club de que el español era el entrenador ideal. Se marchó Vincenzo Montella, sin ninguna experiencia en Primera, igual que su sucesor, y llegó Luis Enrique. Montella era de la casa y entrenaba al filial. Conocía a los jugadores, con muchos de los cuales había compartido vestuario, y estos hicieron piña con él. No parece, de momento, que pase lo mismo con Luis Enrique. O, al menos, hay detalles que lo evidencian. Como ayer, cuando el técnico se acercó a De Rossi para darle instrucciones durante el partido y este le miró como se mira a una pared.
Cuando llegó al Roma, Luis Enrique se encontró con un equipo con 11 nuevas caras (en el equipo de ayer solo repetían cinco jugadores del curso pasado) y con una ciudad entregada a Francesco Totti. Así se lo hizo saber indirectamente Walter Sabatini, el nuevo director deportivo, en junio. "Totti es una divinidad. Es como la luz sobre los techos de Roma, intramontabile. En torno a él construiremos el nuevo equipo", dijo en su primera rueda de prensa. Los aficionados hicieron lo propio con una serie de pancartas en la ciudad deportiva de Trigoria. "Si el Roma va a ser una reina, Totti tiene que ser su rey", es el mensaje que se encontró el técnico el día después de que el equipo cayera en la fase previa de la Liga Europa. El Slovan remontó justamente después de que el técnico sustituyera al capitán.
Totti tiene 35 años y cumple su 20ª temporada en el club giallorosso, al que juró amor eterno hace años. Nunca se quiso marchar, ni siquiera ante la posibilidad de ganar más títulos. Ni cuando, en su mejor momento, le llegaron ofertas de varios equipos europeos. "Es único, pero no insustituible y es el entrenador el que decide quién tiene que jugar", fue el mensaje de Luis Enrique en la pretemporada. La respuesta de Totti llegó a través de un elocuente mensaje dibujado en una camiseta: "Basta". Así se presentó un día en Trigoria antes de encerrarse en el gimnasio. El conflicto se cerró la semana pasada, cuando los máximos dirigentes del club invitaron a Totti a dar una señal de paz. El capitán recibió el respaldo de algunos de sus exentrenadores. "Francesco es una persona especial, pero no es un jugador comeentrenadores. Nunca me dio problemas", dijo Claudio Ranieri.
La semana pasada, en una carta-mensaje publicada en su página web, Totti pidió la unión de todos: técnico, equipo y aficionados. Solucionado el conflicto, Luis Enrique empezó ayer su andadura en el calcio participando en la piña de los jugadores antes del partido. No fue suficiente para evitar que su Roma se marchara otra vez del estadio Olímpico entre pitos.
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