Perspectivas con truco
¿Dónde se toma el mejor café de Roma? De un trampantojo en un 'palazzo' al barrio de arquitectura delirante. Piezas de un puzle para los apasionados de la capital italiana
Decía Cicerone que "Roma es un ideal". Y millones de turistas visitan cada año la ciudad para demostrar su fe en ella. Coliseo, Foro, Fontana de Trevi... son etapas imprescindibles de un itinerario que hasta el recién llegado conoce de memoria. Monumento tras monumento, el viajero va construyendo su propio puzle de Roma. Aunque la imagen rara vez se completa: hay rincones desconocidos de la ciudad que quedan al margen de las rutas más frecuentes y que incluso algunos romanos ignoran. Aquí van nueve pistas de una Roma inesperada.
01 Cuento de hadas
CASINA DELLE CIVETTE
Si Blancanieves se hubiese mudado a Roma, habría tenido claro dónde buscar alquiler. En medio de Villa Torlonia, el mundo moderno deja paso a los cuentos de hadas. Un sendero da acceso a la Casina delle Civette [casita de los buhos] (www.museivillatorlonia.it; abierta de 9.00 a 19.00, de martes a domingo), coloreado reino de fábulas donde los tejados son al estilo de los pueblos alemanes y las ventanas vidriadas reflejan el arcoíris. Lo único real es que en la puerta hay un encargado, no un duende.
02 Un rincón cítrico
JARDÍN DE LOS NARANJOS
No será la vista más bonita de Roma (el castillo de San Ángel y el Gianicolo compiten por ese título), pero sí la más olorosa. El pequeño Jardín de los Naranjos (Viale Nino Manfredi) es un oasis verde donde las parejas van a descansar y el aire huele a azahar. La guinda es una suerte de balcón desde el que se ve toda la ciudad. Unos 200 metros más adelante, a la derecha, una cola de gente aguarda ante un secreto que Roma ya ha acabado desvelando. Es un gran portal cerrado. Solo tiene un agujero, a la altura de la cerradura. ¿Qué esconde el otro lado?
03 Mágicos trampantojos
VIA NICOLÒ PICCOLOMINI Y PALAZZO SPADA
La ciudad seduce a su visitante y se divierte jugando con él. Así, los ojos caen en la trampa de Via Nicolò Piccolomini y de su preciosa (y engañosa) vista de la cúpula de San Pedro. El turista que intente recorrer la calle mirando fijamente hacia la basílica se quedará boquiabierto. En Palazzo Spada (Piazza Capo di Ferro; de 8.30 a 19.30; la entrada cuesta 5 euros), la solución es más obvia: perspectiva. La galería que aquí construyó el maestro barroco Francesco Borromini mide 12 metros aunque parezcan 35.
04 Un respiro de lentitud
PIAZZA MATTEI
En la ciudad del caos, Piazza Mattei es un himno a la lentitud. Aquí, entre 1581 y 1588, Giacomo della Porta y Taddeo Candini realizaron la fuente de las Tortugas. El nombre se debe a los cuatro animalitos de bronce que unos efebos intentan empujar hacia la cima de la estructura. Iban a ser delfines, pero la fuente no habría aguantado su peso. Así, Gian Lorenzo Bernini (o tal vez Andrea Sacchi) añadió en 1658 las pequeñas tortugas. Tras varios robos, hoy solo se muestran unas copias.
05 El mejor café
SANT'EUSTACHIO Y TAZZA D'ORO
Es curioso que en una ciudad de 1.285 kilómetros cuadrados los dos reyes del espresso casi se vean la cara. Sant'Eustachio (Piazza di Sant'Eustachio, 82) y Tazza d'Oro (Via degli Orfani, 13) se disputan a pocos metros de distancia el honor del mejor café de Roma. O tal vez algo más. "Hay que ampliar los límites, no olvide que Roma es caput mundi", afirma Raimondo Ricci, encargado de Sant'Eustachio. Aquí el café es un rito que llega directamente de Sudamérica y un placer de 1,10 euros que se sirve con una capa de crema suave. En Tazza d'Oro el espresso cuesta 0,90, y el bar es famoso también por su granizado de café con nata.
06 La tumba de Keats
CEMENTERIO ACATÓLICO
"Aquí yace alguien cuyo nombre fue escrito con el agua", reza la lápida de John Keats. A pocos metros del poeta inglés descansan su colega Percy Shelley y el fundador del Partido Comunista Italiano, Antonio Gramsci. El cementerio acatólico (o cementerio de los poetas) acoge desde 1738 los restos de hombres y mujeres fallecidos en Roma pero extranjeros y de otra religión. A lo largo de los años, este lugar ameno donde los gatos bostezan y la vegetación crece lozana ha acogido también a italianos o católicos, aunque solo si son familiares de alguien ya enterrado allí. Se puede visitar de 9.00 a 17.00 (los días festivos cierra a las 13.00) en Via Caio Cestio, 6, al lado de la Pirámide.
07 Chocolate nocturno
'CORNETTARO'
Cuando la noche comienza a perderse y el alba manda sus saludos, el romano comprende que es la hora del cornettaro. Así se les llama a los establecimientos que hasta el amanecer llenan de cruasanes y chocolate las barrigas de los fiesteros. Il Cornettone (Oderisi da Gubbio, 217) apuesta por la variedad de los bollos; Il Maritozzaro (Ettore Rolli, 50), por su bomba llena de nata; pero el rey de la noche es el Sorchettaro (Cernaia, 49). Su minúscula puerta es la ventana hacia un universo paralelo hecho de crema y nutella. Quien pida una sorchetta doppio schizzo no se arrepentirá.
08 'British' Roma
VIA FLAMINIA, 287
Ni pasaporte ni avión para viajar al Reino Unido. La frontera se halla en una portezuela marrón en el número 287 de Via Flaminia. A un lado, Roma. Al otro, una calle privada, inspiración de muchos directores y as en la manga de los jóvenes que esperan terminar con un beso su primera cita. Estas dos filas de casitas coloreadas, cada una con su jardín, se parecen más a Notting Hill que a un barrio romano. No por nada la llaman Pequeño Londres.
09 Un barrio de chiste
IL QUARTIERE COPPEDÈ
No deja de ser una veintena de edificios, pero se le llama barrio. O "barrio de chiste", según algunos. En torno a la fuente de las Ranas de Piazza Mincio, el arquitecto Gino Coppedè construyó a principios de 1900 una zona que tomó su apellido y que nada tiene que ver con el resto de la ciudad. Es una isla delirante de edificios con arcos, máscaras colgando, frescos de hadas y arañas. Tan delirante que en un momento dado los financiadores del proyecto pusieron un freno a la fantasía arrolladora de Coppedè. Era tarde, el barrio de chiste ya había nacido.
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