Camino de la perfección

¿Existen los guiones perfectos? Creo que no, que todo es mejorable aunque sea en pequeños e intrascendentes detalles. Los que sí existen son los finales ideales, esos en los que, vistas las circunstancias, las cosas no podrían haber terminado mejor, esos en los que pensar en algo mejor aún es dejarse llevar por la utopía. Ayer, en Bilbao, en el regreso de la Vuelta a Euskadi tras 33 años, se dieron varias circunstancias en sí mismas finales ideales. ¿Por cuál comenzar? Cuestión importante porque comenzar por una significa darle más importancia cuando no es el caso. Así que me dejaré llevar por lo subjetivo y comenzaré con lo que más me ha emocionado.

Por supuesto, la victoria de mi amigo Igor Antón, Fuji, ante sus paisanos y todo lo que supone tanto para él como para su equipo. El Euskaltel venía con grandes ambiciones, a ganarla con Fuji. Y Fuji no tuvo las mejores sensaciones en cuanto comenzó su terreno y enseguida se vio descartado. No obstante, se recuperó física y anímicamente, lo más difícil, y tanto en la etapa del Angliru como en la de Peña Cabarga lo intentó con más ganas que fuerza. Ayer hizo lo mismo en las dos subidas al Alto del Vivero, cuyo inicio está a menos de un kilómetro de su domicilio. Espoleado por sus amigos, su afición, su orgullo..., nos ofreció un recital que culminó con sus brazos alzados en la Gran Vía bilbaína. Eskerrik asko Fuji; zorionak. En consecuencia, su equipo, el de esta tierra, consiguió su primera etapa en la que más ilusión le habría hecho ganar. Zorionak para ellos también, pues, por su actitud, se merecían este premio.

Otro final ideal fue lo vivido con la afición, entre la que me incluyo. Lo que yo he vivido como aficionado y lo que me han contado que ha sucedido es algo con lo que llevábamos soñando mucho tiempo. El ambiente, el respeto y el disfrute por el espectáculo han estado por encima de cualquier idea política. Los que no estaban de acuerdo con la visita de la Vuelta a Euskadi han mostrado su desacuerdo respetando aspecto deportivos. Me parece perfecto. Las ikurriñas se han visto por miles y los silbidos a la Guardia Civil no me parece que hayan empañado la fiesta. Bravo por esta afición. Nos merecíamos un espectáculo como este y lo hemos tenido. Y este espectáculo se merecía una afición como esta.

Se me agota el espacio y aún no he hablado de la lucha entre Cobo y Froome. Cobo siguió con su cuenta atrás, dos días hasta Madrid, y Froome con la suya adelante, dos oportunidades fallidas. Para el del Geox, un final ideal. Lo opuesto para el del Sky, pero no sin intentarlo.

Hoy se espera más de lo mismo camino de Vitoria. A ver si se siguen puliendo esos detalles en la búsqueda de la perfección.