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PSOE y PP también logran solos en el Senado aprobar su reforma exprés

El debate definitivo del cambio constitucional repite los argumentos del Congreso

Natalia Junquera

Con la misma imagen de desunión y después de haber pronunciado idénticos argumentos a los defendidos en el Congreso, el Senado aprobó ayer por 233 votos a favor (PSOE, PP y UPN) y tres en contra (Coalición Canaria y Foro Asturias) la reforma para introducir un techo de déficit en la Constitución. Dos senadores socialistas, Imanol Zubero y Roberto Lertxundi, contrarios al cambio constitucional, no asistieron al pleno. ERC y BNG ni siquiera quisieron estar presentes durante la votación y abandonaron el hemiciclo. Los de CiU y PNV se quedaron, pero no votaron. Y el senador de Iniciativa per Catalunya solo votó la enmienda en la que reclamaba un referéndum para facilitar la participación ciudadana. Esta reforma exprés quedó aprobada con menos apoyos de los que tuvo la Constitución en 1978.

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A partir de ahora se abre el plazo de 15 días para solicitar un referéndum. Hacen falta 26 senadores (el 10% de la Cámara) para pedirlo. La estimación más optimista de los grupos que lo reclaman, incluso contando con la firma de los dos socialistas díscolos, no pasa de 19. El BNG, que calificó de "chapuza" la reforma, y de "sarao" el debate, prometió "trabajar hasta el último minuto" para conseguir esas 26 firmas. También el senador Miquel Bofill, de ERC, llamó a los senadores socialistas y populares a "romper la disciplina de partido" y pedir el referéndum. Bofill protagonizó un rifirafe con el presidente del Senado, Javier Rojo, quien le impidió que interviniera en catalán, a lo que Bofill respondió instando a los catalanes a "saltar el muro de la Constitución".

Pese a que las posiciones no se habían movido un ápice desde la votación el pasado viernes en el Congreso, el debate se prolongó durante tres horas y media. PP y PSOE defendieron la reforma utilizando los mismos argumentos y en muchas ocasiones idénticas expresiones: "Nadie nos impone nada. Es una reforma necesaria", decía la portavoz socialista Carmela Silva. "No es ni una imposición, ni el fruto de ningún rodillo parlamentario", repetía el portavoz de los populares, Pío García-Escudero. Este lanzó al inicio un último llamamiento al consenso. Nadie recogió el guante. Todos los grupos reprocharon a socialistas y populares que les hubiesen dejado fuera y que hubiesen rechazado, con sus votos, las enmiendas presentadas, incluida la del referéndum. El senador socialista José Ignacio Pérez Sáenz acusó a los grupos que lo pedían de haber llevado "kilos de populismo" al hemiciclo con aquella propuesta: "Deberían decirle a los ciudadanos que es absolutamente democrático no hacer un referéndum sobre este asunto".

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Los populares no olvidaron mencionar que la idea la había tenido primero Mariano Rajoy. Pérez Sáenz admitió que su grupo había tenido "dudas" y reconoció que el acuerdo con el principal adversario político para reformar la Constitución tenía un "coste electoral". "Pero no nos avergonzamos de ir con el PP en este asunto. La reforma deja margen para políticas progresistas", añadió.

García Escudero aseguró que sin la reforma "el Estado de bienestar no dejaba de ser un lema en una pancarta", pero admitió que el cambio constitucional no es "ningún remedio mágico ni inmediato" y aseguró que España "necesita más reformas", entre las que citó la "modernización del mercado de trabajo".

Jordi Vilajoana, de CiU, aseguró que la reforma "no era la solución". "¿Quién genera el déficit?", preguntó. "El Estado", se respondió a sí mismo. "¿Y quién se come el marrón? Las comunidades autónomas".

Joan Saura (ICV) tachó de "poco democrática" la reforma y la interpretó como "una excusa para recentralizar el Estado" restando autonomía a las comunidades, uno de los argumentos más repetidos por nacionalistas catalanes y vascos para oponerse ahora y así a este cambio constitucional.

Joseba Zubia (PNV) insistió en su enmienda rechazada para incluir en la Constitución el derecho de autodeterminación del pueblo vasco: "Solucionaría el conflicto", dijo. "Hace unos días la Constitución era inmutable. Ahora es más fácil de cambiar aplicando el rodillo que cualquier ley ordinaria. Esta reforma exprés es un atropello democrático".

La vicepresidenta Elena Salgado, ayer en el Senado.
La vicepresidenta Elena Salgado, ayer en el Senado.ULY MARTÍN

Votación

- 233 votos a favor: PSOE, PSC, PP y UPN.

- 3 votos en contra: Coalición Canaria y Foro Asturias.

- 25 ausentes: Cuatro senadores, tres de ERC y uno de BNG, abandonaron la sala antes de que comenzara la votación. Otros 12 -siete de CiU, tres de PNV y dos de ICV- asistieron al debate pero no votaron. Hubo además nueve senadores que no acudieron a la Cámara alta: tres del PSOE, dos del PSC, tres del PP y uno de CiU. Dos de los socialistas, Imanol Zubero y Roberto Lertxundi, ya habían anunciado su oposición a la reforma. El tercer diputado socialista no acudió por motivos de salud. Entre los catalanes, Assumpta Baig ya había justificado su ausencia -estaba en una misión en El Salvador con una ONG-, mientras que Josep Maria Batlle asistió al debate pero se perdió la votación por salir a "hacer una gestión". El diputado de CiU faltó por motivos familiares.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.
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