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CARTA DEL CORRESPONSAL | Taranto
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Rebelión en los Ayuntamientos

Cualquier abuela italiana pondría la mano en el fuego: como prepara su salsa no la cocina la vecina del pueblo de al lado. Ella tiene su ingrediente secreto, que la otra sustituye con un tipo de carne nada ortodoxo. La comida es solo un ejemplo, quizá el más vistoso y superficial, de una identidad nacional que se hace fuerte y orgullosa justo en la defensa de las milimétricas diferencias entre pueblo y pueblo. Por eso explotó la rebelión cuando, el 12 de agosto, el Gobierno presentó un plan de ajuste de 45.000 millones (para llevar el déficit del 3,9% a cero en 2013) y abolir un cuarto de los 8.000 Ayuntamientos italianos, los que no suman ni 1.000 habitantes.

Una alternativa sería agruparse, hipótesis poco viable casi en cualquier rincón de la bota: antiguas rivalidades separan a los vecinos, que siguen enfrentándose por un río, una torre, la invención de un plato típico o un gol en el campo de fútbol. Es la herencia de una historia hecha de señorías, ducados y reinos independientes hasta hace 150 años. El titular de Economía, Giulio Tremonti, anunció también el cierre de las provincias con menos de 300.000 habitantes o de menos de 3.000 kilómetros cuadrados. El Ministerio no ha detallado cuánto espera ahorrar con la medida. Muchos alcaldes son voluntarios o ganan apenas 500 euros. No entienden cómo pueden ser ellos el lastre de la economía, que tiene una deuda pública del 120% del PIB.

El Gobierno italiano pretende abolir miles de Gobiernos locales
El Consistorio de Barolo está amenazado pese a su fama vinícola
Los municipios buscan aumentar los vecinos para evitar el cierre

Entre los morituri están Ayuntamientos desconocidos y famosos. Por ejemplo, Barolo, que produce el homónimo vino (el más prestigioso y caro del norte de Italia y quizá del país). Un Ayuntamiento de viñas, bodegas y solo 728 habitantes condenado a desaparecer en la vendimia prevista por el Ejecutivo. O Leaglio, plácida localidad en la orilla del lago de Como, donde George Clooney se compró una mansión. Su tranquilidad cautiva a los turistas internacionales, pero faltan los residentes, 960. A lo mejor el divo de Hollywood puede echar una mano. Quien no puede vivir de popularidad se está esmerando en soluciones pintorescas para esquivar el tijeretazo. Filettino, en la provincia de Frosinone, cerca de Roma, amenaza con ascender a principado y promete venganza: cerrar el grifo de la cuenca hidrográfica que surge en su marco y apaga la sed de la capital italiana. En la provincia de Perugia, el alcalde de Paciano hizo dos cuentas: le faltan 12 habitantes para llegar a la cuota de la salvación. Pensó en otorgar la ciudadanía a los inmigrantes que viven por ahí. Capraia, la pequeña isla de 400 habitantes frente a la Toscana, pretende anexionarse a Córcega, en Francia, cuya costa queda más cerca que la italiana.

El Gobierno siembra cizaña hasta en los jóvenes hogares. Milena Scosseria, abogada de 40 años, y Alessandro Revello, arquitecto de 43, son los alcaldes de los cercanos Orco Feglino y Vezzi Portio, en la provincia de Savona (norte-oeste), de 917 y 825 almas, respectivamente. Milena y Alessandro se casaron hace un año y ahora deberían juntar también sus territorios, a la manera medieval, para protegerse del hacha de Tremonti. Pero ninguno de los dos quiere ceder. No una el hombre lo que ha unido Dios.

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