El día de los condenados
Carla Suárez y Ferrero llegan a octavos entre vómitos, ampollas e inyecciones
Nueva York devora uno tras otro a los tenistas: 18 jugadores han abandonado el último grande del año sin que su rival acabara de ganarles, retirados por el calor, los dolores y el cemento. No Carla Suárez, que entre vómito y vómito vence 6-0 y 6-4 a Silvia Soler y se convierte en la primera española en octavos desde 2000 (Arantxa Sánchez Vicario y Magüi Serna). No Juan Carlos Ferrero, que recibe una inyección de Voltaren cada noche, que juega con los pies llenos de sangre, que sufre y pelea hasta ver cómo Granollers, su rival de tercera ronda, abandona (6-1 y 4-3). Fue el día de los condenados. Vencieron dos tenistas que en 2011 están (Ferrero, el número 105) o han estado (Suárez, que llegó al 133) fuera del top 100. Dos jugadores expulsados de la competición por los dolores. Dos cabezas duras que en Nueva York imponen su deseo a los desconches de su armadura.
La última española que llegó a esta fase fue Sánchez Vicario en el año 2000
"Juan Carlos tiene los pies muy mal, de los peores días en los 11 años que le conozco", relata Antonio Martínez, que entrena desde siempre al valenciano, dolido en la cadera y operado en una rodilla y en una muñeca. "No sé ni cómo le cabía el pie en las zapatillas. Tiene unas ampollas impresionantes, llenas de sangre, que le rodean con almohadillas agujereadas. ¡Menudas heridas!", continúa sobre el exnúmero uno, que en octavos se medirá al serbio Janko Tipsarevic. "Cada noche, el doctor le pincha Voltaren y eso le está dejando mal el estómago. Luego, de cabeza está muy sólido, y aguanta".
Todo, coinciden los técnicos, está en la mente. El cerebro, les insisten a sus jugadores, puede domar al dolor, imponer la ambición a los achaques, hacer lo imposible viable. Al empezar el día, sopla la brisa en Nueva York y Xavi Budó, el entrenador de Suárez, se lamenta de que vomite delante de su rival en el calentamiento, de que le estén dando relajantes musculares y Primperan para las náuseas. En la caseta, sin embargo, Budó no deja que se trasluzca esa tormenta, y capea el temporal hablando de sol y primaveras. "Antes de jugar, hablamos mucho de valores y muy poco de tenis", comenta luego. "Quise que Carla volara, que soñara, que jugara a muerte y dejándose la vida para abandonar solo cuando no pudiera más. También, le recordé que obstáculos tienen todas. El suyo era el estómago. El de su rival, que era su primera tercera ronda en un grande. Le pedí que aceptara el obstáculo. Todo lo enfocamos desde lo mental".
"Lo que ocurre", matiza la canaria, operada del tobillo y el codo en los dos últimos años, "es que tras todo lo que me ha pasado, todo se vive un poco más intensamente, por el miedo a lesionarte", añade antes de enfrentarse a la alemana Andrea Petkovic en octavos. "Aprovechas las cosas y las vives más. De tantos malos momentos que he pasado, de todas las lesiones, vienen ahora las fuerzas para dar todo lo que tengo. ¿Y qué tengo? 1h 30m o 2 horas de juego como mucho... pero he hecho un partido de diez".
Las 18 bajas del Abierto de Estados Unidos son un récord histórico. Nunca en un grande disputado en la Era Abierta (desde 1968) se vio algo parecido. Dos españoles se escaparon a la norma: Ferrero, caminando sobre sangre; Suárez, volando con su cerebro.
RESULTADOS. Hombres. Tercera ronda: R. Federer (Sui.)-M. Cilic (Cro.), 6-3, 4-6, 6-4 y 6-2. Mujeres: C. Wozniacki (Din)-V. King (EE UU), 6-2 y 6-4. Pavlyuchenkova (Rus.)-J. Jankovic (Ser.), 6-4 y 6-4. S. Williams (EE UU)-V. Azarenka (Bie.), 6-1 y 7-6.
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