Versos de segunda mano

Cargado de energía, Javier Ojeda comienza su nueva aventura discográfica en solitario. Casi seis años después de su primer disco sin Danza Invisible, el vocalista del mítico grupo de los ochenta ultima el que será su segundo álbum, Re-versos. "Íntegramente malagueño", lo define Ojeda. Su nuevo trabajo verá la luz el 16 de septiembre.

Miguel Gallego, director de producción del Teatro Echegaray, le propuso en diciembre de 2010 dar unos conciertos en el teatro, pero le dijo que "arriesgara", comenta el artista con una sonrisa. En el primer ensayo, Ojeda se dio cuenta de que "estaba quedando de fábula", entonces le sugirió a Miguel grabar en directo el que sería su nuevo álbum. "Quedaron tan bien, que 18 temas son de los conciertos, de los cuales 13 aparecen sin trampa ni cartón. El resto tienen retoques en el estudio", afirma.

"El tema 'Sabor de amor' está rarísimo, irreconocible", comenta el artista

"Quería hacer un álbum con las cosas que nunca he publicado. Era como una deuda pendiente", explica el cantante sobre la elección de los temas. Hay canciones que quiso grabar hace 15 años, pero al final no le convencieron y ahora es cuando ha visto el momento de sacarlas. Cinco temas son nuevos y se incluyen seis canciones retocadas de Danza Invisible, como Sabor de amor. "Está rarísima, irreconocible", comenta Ojeda lleno de ilusión. También hay versiones, el primer single Mama es de 1953. "Decidí sacar el tema porque quería mostrar un lado mío que nadie conoce, cantar rithm& blues con la voz rajada y con muchos cojones".

Re-versos también tiene colaboraciones, Ideas lo canta con Sean Frutos del grupo Second. La coherencia y la unidad la aporta "una banda de ensueño", según Ojeda, compuesta por Miguel Paredes, Carlos Germade, Roberto Cantero y Paco Vilches. "Íntegramente malagueña", todos los que han participado son de la provincia.

"Por un lado la otra cara del artista y, por el otro, versos de segunda mano", eso es Re-versos. "Un álbum más orgánico, la misma banda tocando todo. Bastante más leñero", lo define Ojeda mientras bebe agua sentado frente al cine Albéniz, en Málaga.

Todo el trabajo se podrá escuchar a partir del 16 de septiembre en un concierto que ofrecerá en el auditorio de la calle Pacífico. "Se me ocurrió que la gente que compre el disco pueda tener el privilegio de ser los primeros en ir al concierto gratis. Con la compra del CD y el DVD, que se filmó en el Teatro Echegaray, tendrán la entrada", aclara.

En casi 30 años subido a un escenario, el cantante malagueño no olvida sus raíces ni se muestra pretencioso. Vive en Torremolinos, ha hecho colaboraciones con otros grupos, y apoya muchos artista. Durante la entrevista una mujer de Estonia estuvo pendiente de él, no sabia quien era pero no dudo en acercarse para ver si le podía guiar en la promoción de sus discos. Ojeda se ofreció encantado.

"Soy un cantante sumamente personal, que provoco grandes pasiones y también algún rechazo. Lo que me mueve es intentar hacer la mejor música que yo sea capaz". No deja de lado a Danza Invisible, por eso compagina su carrera en solitario con la banda. "Es como irnos los colegas de toda la vida", asegura con la simpatía que le caracteriza.