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Crítica:LA LIDIA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una ilusión sin afilar

El verano en Las Ventas tiene alguna que otra incongruencia. Como que la presentación de los toros, siendo correcta, sea inferior a la de algunas novilladas de espanto. Aunque solo sea por eso, ya merecen un respeto. En el tendido suceden cosas como palmas jaleando el paseíllo, japoneses buscando su localidad mientras se recordaba al mito muerto en Linares o que unos guiris le pidan a Santiago Martín, su majestad, El Viti, camuflado en el tendido alto del 4, que les haga una foto. El maestro delegó en su yerno, él venía a ver a su paisano.

No se puede decir que el torero que más veces ha salido por la Puerta Grande vuelva decepcionado. Fue el Juan Diego de siempre, el que torea de capote como los ángeles, pero no concreta la faena. El que remata y se gusta, pero no termina de ponerse con firmeza en el sitio. El problema es que ya está más cerca de los 40 que de los 30. Cada año que pasa tendría que poner un punto más de ambición y dejar atrás el conformismo que le caracteriza.

CONDE DE LA MAZA / JUAN DIEGO, IVÁN GARCÍA, J. M. LÁZARO

Toros del Conde de la Maza: correctos de presentación, algo justos de fuerzas y con tendencia a rajarse, salvo el sexto, de Domínguez Camacho, que tuvo nobleza.

Juan Diego: pinchazo y media estocada, palmas; y estocada, saludos.

Iván García: estocada casi entera, silencio; y estocada tendida, saludos.

José María Lázaro: confirmaba la alternativa; estocada delantera, silencio;

y dos pinchazos y estocada, saludos tras aviso.

Plaza de Las Ventas. Un cuarto de entrada. Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de Manolete, muerto en 1947 en Linares.

Iván García, bien conocido por la afición a pesar de ser joven, tampoco concretó. Estuvo correcto, profesional, pero sin exponer de más. Supo resolver los problemas, brillar en unas chicuelinas, pero sin decir "aquí estoy yo, dispuesto a ir a todas las ferias". Su lote se rajó, de acuerdo, pero no insistió dejando siempre la muleta delante del hocico.

Solo José María Lázaro en el que cerró plaza hizo algo parecido al toreo en dos tandas de derechazos, otra de naturales y pases de pecho completos. Solo falló con el estoque, una pena. De lo contrario, habría cortado una oreja para grabar para siempre como el trofeo del día de su confirmación. En el primero dejó buen sabor de boca en el recibo de capote. El reciente matador fue el único que hizo méritos para repetir en Las Ventas, eso sí, con la espada afilada y mucha práctica en el carretón.

José María Lázaro en su primer toro.
José María Lázaro en su primer toro.SANTI BURGOS

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