Producción española, literatura gallega
Cuerda vuelve a la obra de Rivas y García Sánchez adapta lo último de Suso de Toro
Con Sete palabras, reflexión sobre el origen y las dislocaciones que acaban construyendo la identidad de cada uno -el autor de la obra, Suso de Toro, lo hizo volviendo sobre los pasos perdidos de su familia en la comarca zamorana de Sayago-, José Luis García Sánchez lo tiene claro. La frontera da para mucho debate, pero el director salmantino remite a Canciones para después de una guerra, el documental de Basilio Martín Patino que él ayudó a guionizar en 1971. "Es ficción documental", apunta.
Habrá tiempo de buscarle banda sonora. La película del director de Las truchas (1978, Oso de Oro en Berlín), producida por Cabeza de Uhura Films, busca todavía socio gallego para empezar a rodar el año que viene entre la Castilla desértica, Compostela y el Caribe. También negocian con los protagonistas. "Teniendo en cuenta que el actor principal estará dos años a disposición de la empresa, tendrá que ser un anormal". El discípulo de Berlanga, que ya rodó en Galicia Divinas palabras, se dispone a filmar un relato "singular". "Literatura comprometida que relata lo que ha pasado con los antepasados sin mirarse el ombligo. En cine tiene que ser la historia de un hombre que está en crisis".
José Luis Cuerda empieza hoy a rodar 'Todo es silencio'
Más avanzado, el rodaje de Todo es silencio, coproducción guiada por Tornasol Films, la compañía de Gerardo Herrero, empieza hoy. Con el ojo puesto en Meteogalicia, parte del equipo de José Luis Cuerda, que ya dirigió en 1999 La lengua de las mariposas -basada en tres relatos de Que me queres, amor?, también obra de Manuel Rivas-, intentaba estos días adelantar grabación en la cascada de O Ézaro, ahora que el Xallas vuelve a desembocar en el mar.
Entre la Costa da Morte y Ferrolterra se moverán los protagonistas de la adaptación de Todo é silencio, guionizada por el propio Rivas, con Quim Gutiérrez, Miguel Ángel Silvestre, Celia Freijeiro y Juan Diego -como Mariscal, el capo que manda callar- en los papeles principales y un elenco de hasta 20 actores gallegos, entre ellos Miguel de Lira y Xosé Manuel Olveira, Pico. En el thriller sobre el narcotráfico del autor coruñés no hay gobiernos municipales, testaferros o secretarios de cámaras de comercio con grabaciones comprometedoras. Sí voluntades perdidas. "La historia de la novela es la historia de unos niños [Leda, Brinco y Fins, después policía] cuyo padre usa dinamita para pescar y muere. Veinte años después vuelven a juntarse en términos de rivalidad amorosa, a la sombra paternal de Mariscal". Cuerda aspira a rodar una comedia dramática que será una película "fundamentalmente de sentimientos". "Cuando lo que te juegas es la vida, es mejor callar. Claro que hay veces que uno no puede hacer eso".
Si Rivas y De Toro son habituales en cine -es la segunda vez en el caso del santiagués, tras Trece badaladas, de Xavier Villaverde-, la adaptación de Si o vello Sinbad volvese ás illas, a cargo de Antón Dobao -coproducen Ficción y TVG-, será el primer largometraje basado en obra de Álvaro Cunqueiro. Dobao, responsable a finales de los 90 de la miniserie para televisión Un mundo de historias, a partir de siete relatos de autores gallegos, lo sigue atribuyendo a un problema de "voluntad". "Somos el único país del mundo que no consigue recurrir a su producción literaria para armar su campo cinematográfico".
Esperando por 'A esmorga'
El rodaje estaba previsto para este año, pero -como en el Ano Blanco Amor en Ourense- habrá que esperar. El compromiso entre la Deputación y Galaxia sigue en pie casi desde entonces, a falta de cerrar el capítulo de financiación, pero el director, Ignacio Vilar (Pradolongo), está ahora mismo acabando de montar Vilamor, su retrato de lo que fue la comuna de Negueira de Muñiz en 1977. "El espectador se va a sorprender", asegura, trazando analogías entre el 15-M y la dureza asamblearia del jipismo antes de la heroína. Documentación, tras un año de entrevistas, no le faltaba, si bien Vilar -que rodó en 35 mm- escogió la ficción pura como reclamo. En esta "superproducción de bajo presupuesto", como la denomina (1,5 millones), un seminarista se enamorará de una hippie. "A esmorga vendrá después", aclara. Con Carlos Asorey de guionista, igual que en Pradolongo. Por historial, la adaptación de la primera novela moderna escrita en gallego suele utilizarse como epítome de una literatura con pocas imágenes propias. El fundador del Festival de Cine de Ourense, Eloy Lozano, autor en 1974 del primer cortometraje en celuloide del cine gallego (Retorno a Tagen Ata, sobre relato de Ferrín), se lo propuso a Blanco Amor en 1977. El escritor, acuciado por las deudas, rechazó el ofrecimiento. La única esmorga filmada, Parranda (1979), de Gonzalo Suárez, está ambientada en Asturias.
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