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Feijóo rechaza reformar el Estatuto en esta legislatura

Los populares no presentarán un texto, tal y como comprometía su programa

La Xunta ha abandonado definitivamente la idea de presentar un texto de reforma del Estatuto de Autonomía, tal y como prometió el Partido Popular en su programa electoral y ha repetido su presidente, Alberto Núñez Feijóo, desde que comenzó el mandato, hace ya más de dos años. Hasta el verano pasado, el Gobierno autónomo apelaba a la sentencia que el Tribunal Constitucional debía emitir sobre la norma catalana impulsada por el tripartito de José Montilla y que el PP decidió recurrir. Una vez conocido ese fallo, Feijóo y sus conselleiros apelan desde entonces a la crisis, que ya existía en marzo de 2009, para postergar el debate.

El portavoz parlamentario del PP, Pedro Puy, enumeró el pasado lunes en rueda de prensa media docena de leyes que tramitará la Cámara en el actual período de sesiones para pedir que la lucha partidista previa a las elecciones de noviembre no contamine el debate parlamentario. Entre los textos que citó obviamente no está la reforma del Estatuto de Autonomía. Fuentes próximas a la Xunta confirmaron a este periódico que el Gobierno no tiene la mínima intención de abrir ese melón en el actual contexto económico y con el clima de crispación que vive el Parlamento gallego.

Rajoy no ve con buenos ojos que Galicia reabra la cuestión territorial

Por más que Pachi Vázquez, secretario general del PSdeG, volviese a insistir el pasado julio, en vísperas del Día de Galicia, en la necesidad de buscar "un gran acuerdo para corregir la inferioridad" de Galicia frente a las comunidades que sí modificaron el Estatuto, la respuesta de Feijóo es que eso ahora no toca. En una entrevista en Faro de Vigo, el pasado 31 de julio, el presidente aseguraba que abordar ese debate sería "confundir las prioridades" y explicaba que se preocupación fundamental es en contener el déficit y garantizar el mantenimiento de los servicios sociales. En dichas declaraciones, Feijóo sostenía, no obstante, que no había abandonado la idea de presentar un texto desde el Gobierno para que los partidos pudieran debatirlo en el Parlamento.

Según las fuentes consultadas por EL PAÍS, esa hipótesis está hoy por hoy descartada. La propuesta del PP, que aunque no está ultimada y redactada, partiría de los acuerdos alcanzados por los tres partidos en la anterior legislatura, cuando la definición de Galicia hizo encallar las negociaciones, no verá la luz con tiempo para ser debatida en el actual mandato por varias razones.

Feijóo sabe que el líder nacional del Partido Popular, Mariano Rajoy, no vería con buenos ojos que Galicia, con un presidente amigo, abriese de nuevo el debate sobre el modelo territorial -que tanto inquieta al ala dura del PP- ni ahora ni con un hipotético Gobierno popular en La Moncloa.

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Entre los pocos dirigentes con sensibilidad galleguista que conserva la dirección del PP se ha instalado la idea de que, como mucho, su líder puede hacer un gesto cuando ya expire la legislatura, pero asumen que no habrá nuevo Estatuto antes de 2013. Será con otro Gobierno.

La llamada que Quintana no llegó a hacer en 2007

La oposición de Rajoy a que la Xunta reabra de nuevo el debate sobre el modelo territorial es conocida en el PP, cuyos dirigentes aún recuerdan las líneas rojas que la sede nacional del PP impuso a Feijóo durante la frustrada negociación de 2007.

Con el ala dura del PP lanzada a descalificar cualquier propuesta mínimamente autonomista que partiera desde un Parlamento regional, la reunión de más de seis horas en la residencia presidencial de Monte Pío solo sirvió para constatar el fracaso. Por más que los tres partidos estaban de acuerdo en el 80% del texto, hubo diferencias sobre el estatus que debía tener la lengua gallega en la norma, pero el obstáculo que hizo embarrancar las negociaciones fue la definición de Galicia.

En Génova 13, cuartel general de los populares, no querían oír hablar de los términos nación o nacional, empeñados como estaban en acusar a los catalanes de romper la unidad de España con su Estatut. En las reuniones preparatorias de la cita a tres entre Touriño, Quintana y Feijóo, los asesores exploraron distintas fórmulas. El PP, in extremis, propuso citar a las Irmandades da Fala, que ya en 1917 aludieron al carácter nacional de Galicia. Un subterfugio similar al que Javier Arenas había usado en Andalucía. Fuentes populares aseguran que Quintana quedó en telefonear a Feijóo para analizar esa última salida y añaden que esa llamada nunca se produjo. La foto de Monte Pío constató que el Estatuto de 1981 seguría vigente.

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