Una víctima de la violencia de género denuncia a un capitán de la Guardia Civil
El capitán de la compañía de la Guardia Civil de Sueca (Valencia), Juan Sanz Cercano, invitó a "buscarse la vida" a una mujer protegida por encontrarse en situación de riesgo extremo de agresión y le ordenó que se bajara del coche patrulla que la debía devolver a su trabajo en la barriada de El Perelló. Los hechos fueron denunciados y ratificados en dos juzgados de Primera Instancia e Instrucción de la capital de La Ribera Baixa.
La mujer, de unos 40 años, con un hijo de 20 y de nacionalidad rumana, denunció a su marido en 2008 por las constantes agresiones que padecía. Los reiterados quebrantamientos de las órdenes de alejamiento acabaron con una condena a prisión del agresor de la que salió el pasado mes de mayo con una pulsera de localización.
El responsable de la compañía en Sueca exigió que se bajara de un coche oficial
El marido viajó a Rumanía donde se quitó la pulsera y volvió a amenazar de muerte a su mujer con llamadas y mensajes a su teléfono móvil. De regreso a España volvió a ser detenido y se le reimplantó la pulsera. Desde entonces, hasta hace unas semanas, la mujer contó con la protección de la Guardia Civil durante las 24 horas.
A primeros de julio, recogió el track que le permitía detectar la presencia del agresor en las inmediaciones y se dirigió hasta el cuartel de la Benemérita para que los guardias que la protegían la trasladaran hasta su lugar de trabajo. Una vez en el interior del coche de los guardias apareció una persona vestida de paisano que le exigió con malas maneras que abandonara el vehículo: "¡Búscate la vida! ¡No tenemos nada que ver contigo! ¡Coge el autobús!". De hecho, con la entrega del track concluía el protocolo de protección policial.
La persona que, según la denuncia, con tan malos modos se dirigía a la mujer era el capitán de la compañía en Sueca Juan Sanz Cercano. Un guardia presente se dirigió a su superior y le dijo: "Tranquilo, capitán, la saco yo". Tras el incidente la mujer atravesó la población y tomó el autobús que la llevó a su trabajo en El Perelló, a unos diez kilómetros de Sueca.
El capitán Sanz se dio a conocer en Sueca el pasado mes de abril por ser extremadamente escrupuloso en la disciplina y la aplicación de las normas y reglamentos entre sus subordinados. Despistarse en la obligación de llevar la gorra puesta es motivo de amonestación, por ejemplo. A poco más de medio centenar de agentes, principalmente de los puestos de Sueca, Carlet y Llombai se les concedió el cambio de destino el pasado mes de abril.
Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles se criticó duramente a este capitán "por presuntas irregularidades en cuanto a la aplicación del régimen disciplinario". Otras fuentes consultadas por este periódico atribuyen su manera de actuar a las exigencias convencionales de los protocolos internos.
EL PAÍS intentó, sin éxito, conocer la versión del capitán de la compañía de la Guardia Civil de Sueca que se encuentra de vacaciones.
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