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Reportaje:

Gràcia mima sus decorados

Los organizadores tomarán medidas para proteger las calles engalanadas, cuyo deterioro se debe más al gran tránsito de gente que al vandalismo

Camilo S. Baquero

Hace ya un par de años que el civismo arraigó en las Fiestas de Gràcia. Atrás quedaron los años de grescas entre los asistentes y las fuerzas del orden a la hora de acabar la juega. La venta ambulante parece estar contenida. Sin embargo, algo sigue sin estar resuelto: la protección de los monumentales arreglos que decoran las calles. Ayer, en el balance de la fiesta, los organizadores aseguraron que se tomarán medidas para hacerlos "más transitables" y así evitar su deterioro.

Este año, el vandalismo contra los decorados ha sido anecdótico pero no menos doloroso. En la calle de Tordera, el martes pasado, unos vándalos se colgaron del techo engalanado, que simulaba ser el submarino amarillo de Los Beatles, causando destrozos. Las otras calles protestaron durante el acto de entrega de premios, exhibiendo una gran pancarta que decía Respetemos los decorados, nuestra identidad, nuestros orígenes y dejando sobre la tarima pedazos de sus arreglos que habían sido dañados.

Lo cierto es que la mayor parte de los destrozos suelen ser involuntarios. Su causa es la razón de ser de la fiesta: la visita de 1.5 millones de personas, según el cálculo oficial, que transitan por las calles de Gràcia durante los siete días de festejos. Ricard Estruch, presidente de la Fundación Fiesta Mayor, explicó que se sopesará cambiar las normas de los decorados para hacerlos más "transitables" y así facilitar la circulación.

La monumentalidad de decorados como el de Fraternitat o Verdi, sendos barcos que parecen salir de la calle, obligan a los visitantes a circular por un espacio muy pequeño. La gente se tambalea y se agarra de la decoración para no caer. O en el caso de Joan Blanques de Baix del Tot, cuyo motivo es El libro de la Selva, se invita a los niños a que se tomen fotos dentro de la serpiente Kaa enroscada. Un miembro de la comisión de la calle se dedicaba a meter y sacar los menores para no dañar la figura. Estos aspectos podrían ser regulados.

Por su parte, la regidora del distrito, Maite Fandos (CiU), hizo un balance positivo de las fiestas. Se decomisaron 27.549 latas de cerveza destinadas a la venta ambulante y se abrieron 14 expedientes a locales que vendían licor en horas prohibidas. Fandos recalcó la reducción en las intervenciones de lateros, que disminuyeron en un 63% respecto al 2010. Este año fueron 216. Finalmente, la fiesta también fue más sostenible. Fandos explicó que de las 273,4 toneladas de basura que se generaron, 58 fueron recicladas. Casi el 27%.

Un vecino carga un trozo de decoración dañado.
Un vecino carga un trozo de decoración dañado.CARLES RIBAS

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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