Los vecinos vuelven a entenderse

La primera orden que dio Gemma Araujo, la nueva alcaldesa de La Línea de la Concepción (Cádiz, 60.000 habitantes), nada más tomar posesión tras las elecciones del pasado 22 de mayo no pudo ser más simbólica. La regidora, del PSOE, mandó derribar las obras que su antecesor en el cargo, el popular Alejandro Sánchez, había iniciado con vistas a implantar un peaje de cinco euros para el acceso a Gibraltar y que habían empañado la relación entre la colonia británica y su vecina fronteriza.

En un movimiento desesperado por buscar un enemigo externo que permitiera desviar la atención sobre la dramática situación de las arcas municipales, Sánchez dejó en herencia una atmósfera muy enrarecida Antes de ser elegida alcaldesa, Araujo ya afirmaba que "con Gibraltar, se tarda medio segundo en abrir una herida, pero puedes tardar años en cerrarla". El cambio de gobierno en La Línea ha generado un nuevo clima de entendimiento y ha permitido dar un giro de 180 grados a la relación política entre ambos lados de la verja.

Araujo inició el mandato derribando la obra del peaje que impulsó el PP

La nueva alcaldesa se ha reunido con empresarios del Peñón

Para fomentar la buena vecindad, Araujo ha emprendido una política de pequeños gestos hacia la colonia, como la recuperación de la concejalía de Relaciones con Gibraltar o encuentros como el que mantuvo el pasado 12 de agosto con los responsables de la Federación Gibraltareña de la Pequeña Empresa (GFSB, en sus siglas en inglés).

En esta reunión con los empresarios llanitos se habló de la puesta en marcha de iniciativas conjuntas. En el Peñón trabajan alrededor de 4.000 vecinos de La Línea. La socialista Asunción Barrancos, concejal responsable de las relaciones con Gibraltar, considera incluso que "desde la llegada de este equipo de gobierno, las relaciones institucionales y sociales entre linenses y gibraltareños atraviesan el mejor momento de los últimos años".

Tanto el gobierno de La Línea como el de Gibraltar, van a "continuar con la ronda de contactos a todos los niveles para mejorar las relaciones de vecindad, económicas y sociales", afirma. No obstante, la edil no se atreve a poner fecha a la anunciada visita oficial del Ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, a la ciudad de La Línea, una cita que se pospuso el pasado mes de julio por "problemas de agenda" del máximo responsable del Ejecutivo del Peñón. Desde el número 6 de Convent Place, sede del gobierno gibraltareño, se ve con muy buenos ojos el cambio radical que el nuevo gobierno linense ha dado a las relaciones con Gibraltar.

Las dudas surgen ahora en relación con lo que pueda ocurrir en un futuro, tras las próximas elecciones generales del 20-N e incluso tras los comicios que elegirán el próximo otoño, al nuevo gobierno de la Roca. En el caso de España, el Partido Popular ya ha anunciado que su intención es volver a poner sobre la mesa la negociación sobre la soberanía de Gibraltar y abandonar el llamado Foro Tripartito de Diálogo, la fórmula que hasta ahora ha permitido avanzar más en las relaciones transfronterizas.

En este foro, representantes de los gobiernos del Reino Unido, España y Gibraltar han llegado a favorecer acuerdos como el desbloqueo del uso conjunto del aeropuerto, la construcción de una nueva terminal aeroportuaria, el restablecimiento de la línea marítima entre Algeciras y Gibraltar o la apertura de una sede del Instituto Cervantes en suelo gibraltareño.

El estancamiento en el que parecen haber entrado las conversaciones técnicas que las partes mantienen en el seno de este foro, a causa de las diferencias existentes en relación con la jurisdicción de las aguas que rodean al Peñón, está sirviendo para favorecer las tesis del PP, contrarias al foro tripartito. Esto ha llevado recientemente a responsables del gobierno de Gibraltar y del propio PSOE, a pedir la agilización de las conversaciones.

Antes de las elecciones, se busca cerrar acuerdos concretos que permitan alcanzar una mayor seguridad marítima en las aguas de la Bahía de Algeciras. Las autoridades españolas también persiguen una colaboración más estrecha a la hora de luchar contra la contaminación medioambiental generada por el intenso tráfico marítimo que registran estas aguas y por las operaciones de bunkering (carga y descarga de combustible entre buques) que se realizan en el puerto de Gibraltar.