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Viajar sin saber idiomas

Todo el invierno para aprender las cuatro palabras básicas del lugar que se va a visitar y nada. Aprender idiomas sigue siendo la asignatura pendiente. El alma de navaja suiza del iPhone tiene la solución en las aplicaciones.

Triplingo puede ayudar a solventar esta carencia e incentiva el aprendizaje. El programa que incluye inglés, español, francés, portugués, dari (por si se viaja a Afganistán) y alemán cuesta 9,95 en versión completa o 3,99 por idioma. El toque de humor se encuentra en la traducción al modo pirata, algo así como un inglés de dudoso gusto que evita andarse por las ramas en caso de apuro. Tanto el pirata como el dari son de descarga gratuita. El programa cuenta con las clásicas frases para salir del paso en situaciones habituales como pedir la cuenta o buscar un baño, con un añadido para las menos comunes: permite ajustar el nivel de educación, de barrio bajo a altas esferas. La moda de los incentivos en forma de chapas (badges) no podía faltar. Periódicamente la aplicación saca vocabularios y hace repaso del aprendizaje.

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El equipaje está en la pantalla

En caso de necesitar solo una palabra concreta, basta con buscarla y seguir la guía de pronunciación sugerida en el idioma deseado. Si se prefiere, hasta la puede pronunciar el teléfono. También con una frase completa. Otra diferencia que hace destacar a esta aplicación es la opción World Bank, banco mundial, que va más allá de la indicación de la divisa, incluye pesos y medidas habituales, así como tamaño de raciones. La inmersión cultural se refuerza con una serie de artículos sobre los países que hablan cada idioma.

Para entender cualquier texto o cartel sin tener que teclear se creó Word Lens. Cada idioma cuesta 7,99 euros, una cifra considerable, pero aceptable tras probarlo. Basta con apuntar al cartel con la cámara, darle al play, y casi al instante, muestra esa misma imagen en el teléfono con el mensaje en el idioma deseado.

Jibbigo lleva el reconocimiento de voz al extremo. No solo funciona con iPhone o iPad, sino también con Android. La prueba de uso se puede hacer, sin pagar, en el paso del español al alemán. A partir de ahí cada lengua cuesta un poco menos de 4 euros (4,99 dólares). Jibbigo sirve para mantener conversaciones en inglés y otro idioma al momento. Se dice una frase, puede ser larga, se da al botón y el teléfono la pronuncia. Para contestar, el interlocutor toma el teléfono y repite la operación pero sin cambiar de lengua. La traducción inversa es casi instantánea. El programa asegura un fondo de 40.000 palabras, así que da para hablar casi de cualquier cosa. Jibbigo se compromete a un 80% de aciertos. Los paquetes de idiomas que ofrece, por ahora, son dispares: chino, tagalo, japonés, español, alemán y coreano, entre otros.

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