Manifestación silenciosa en As Conchas contra la "pasividad" oficial

En el entorno del turístico embalse de As Conchas, el pestilente olor da cuenta del estado de putrefacción de las aguas. Cuatro meses después de que la contaminación se hiciera evidente, los vecinos -que encargaron por su cuenta una analítica a un catedrático de Veterinaria madrileño en la que se alerta del riesgo para la salud por la presencia masiva de cianobacterias- salieron ayer en manifestación. Cortaron durante una hora la carretera en riguroso silencio. "El mismo que tienen con nosotros las administraciones". Después, clamaron indignados contra el Gobierno central y contra la Xunta por haberles "dado la espalda".

Desde que en la primavera pasada las aguas del embalse de As Conchas se volvieron verdes y el aire pestilente, la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil y la Consellería de Sanidade "decidieron esperar a que lloviera". El centenar de vecinos que ayer se manifestó señaló directamente como responsables al presidente del organismo de cuenca, Francisco Fernández Liñares (además de a la ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar) y a la conselleira de Sanidade, Pilar Farjas. La Xunta aseguró que algunas de las playas fluviales de As Conchas son aptas para el baño "cuando han muerto gatos y perros que han bebido de esas aguas" y Liñares encomendó la solución a "la lluvia", protestan los afectados.

Los afectados responsabilizan al organismo de cuenca y a Sanidade

Ahora, con la analítica encargada por ellos en la mano -en ella se "acredita la contaminación"- anuncian que presentarán denuncia en la fiscalía.

En su clamor público contra la "pasividad" de las instituciones, los vecinos afectados -de los ayuntamientos de Bande, Lobeira y Muíños- no están solos. La Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) asegura que lleva alertando a las administraciones de este riesgo de descomposición del embalse desde hace 13 años. Y solo obtuvo silencio.

Contrariamente a lo que sostiene el presidente del organismo de cuenca -que atribuye al calor la descomposición del agua- la SGHN atribuye el proceso de putrefacción a la "deficiente depuración de las aguas residuales en la cabecera del río Limia" y a la "fortísima contaminación agroganadera" de A Limia. Ambas causas originan "una excesiva concentración de nutrientes en las aguas que son arrastrados hacia abajo", hasta desembocar en el embalse. Solo una vez allí, "la temperatura de las agua embalsada aumenta con el calor. La sociedad naturalista reprueba las "medias verdades" de la Confederación Hidrográfica y el "silencio cómplice" de la Consellería de Medio Ambiente, así como el "sinsentido" de las declaraciones de alcaldes de la comarca que insisten en calificar de "natural" la descomposición del ecosistema de As Conchas. En su opinión, la "pasividad" de las administraciones mencionadas ha provocado "efectos negativos en el medio ambiente y ahora pone en riesgo la salud humana". La SGHN considera un "despropósito" que a lo largo de los 13 años que se registraron denuncias "nadie haya hecho nada". Entre los escritos de alerta presentados hay uno relativo a la instalación en el valle de A Limia (en la cabecera de la zona hidrográfica) de una "gigantesca maquinaria de contaminación de las agua" por una "errónea planificación" en la instalación de granjas industriales en zonas inundables. A ello se suma la "pésima gestión de los estiércoles y purines que generan".

Este colectivo sostiene que desde hace siete años el organismo de cuenca "tiene documentados niveles inadmisibles de degradación de las aguas" a través de su estación de Ponte Liñares.

La asociación ecologista coincide con los vecinos en destacar el "desastre medioambiental".