Apple cierra Europa a Samsung

Las tiendas españolas no saben cómo actuar ante la noticia de que un juez alemán ha dictado una medida cautelar prohibiendo la importación y venta en la Unión Europea de la tableta Galaxy Tab 10.1, de Samsung. El litigio lo inició Apple al considerar que el fabricante coreano ha copiado su iPad. Mientras ayer, en una tienda de Barcelona, seguía expuesta a la venta la tableta de Samsung y el vendedor ni tan siquiera conocía el conflicto, en el centro de distribución de otra gran cadena comercial española esperaban noticias de Samsung. De hecho, la filial española del fabricante recibió durante todo el día consultas de comercios a medida que se enteraban de lo sucedido. En las tiendas en línea también se sigue ofreciendo el producto.

La disputa se centra en el diseño, no en la patente tecnológica

No se trata de un pleito por vulneración de patentes tecnológicas como los muchos que tiene vivos Apple contra fabricantes de móviles con Android. En este caso, la reclamación se basa en el diseño de la tableta.

Mientras que un litigio por patentes obligaría a Apple a acudir a tribunales de cada país, la directiva de la Unión Europea sobre dibujos y modelos comunitarios impulsó la creación en cada Estado de un tribunal competente en esta materia, cuyas decisiones obligan en todos los Estados miembros.

Uno de ellos es el de Düsseldorf (Alemania) donde acudió Apple, que tiene los derechos de un diseño comunitario. La decisión del juez excluye a Holanda, porque allí hay un régimen jurídico particular y Apple ha presentado otra demanda en aquel país. En la demanda, el fabricante de iPad despliega varias fotos de ambas tabletas para sostener que Samsung copió el iPad. El juez no se ha pronunciado sobre el fondo de la cuestión.

Apple aseguró ayer en un comunicado que "no es por azar" que los últimos productos de Samsung se parecen mucho al iPhone y al iPad, "tanto en la forma como en el interfaz, sin hablar del embalaje". "Este género de copia flagrante es nefasta y necesitamos proteger la propiedad intelectual cuando las compañías roban nuestras ideas". Samsung, por su parte, replicó

asegurando que está "decepcionada con esta decisión judicial y tenemos la intención de actuar inmediatamente para defender nuestros derechos de propiedad intelectual. Tomaremos las medidas necesarias para asegurar que los innovadores dispositivos de Samsung estén disponibles para los consumidores en Europa".

Samsung se quejó ayer de que el juez tomó la decisión sin escuchar sus argumentos. Si la compañía no respeta las medidas cautelares, se arriesga a multas de 250.000 euros por cada infracción. Si Apple pierde el pleito podría tener que pagar una millonaria indemnización. La apelación de Samsung ante el juez puede tomar como mínimo cuatro semanas, y el tiempo es oro a la hora de conseguir una presencia sólida en un mercado incipiente.

Apple tiene el 66% del mercado global de tabletas, pero a finales de año estará en el 58% debido a la creciente competencia. Y el principal peligro para Apple es Samsung, que lanzó una tableta de siete pulgadas y, posteriormente, una de 10, del mismo tamaño que el iPad.

La decisión del juez se añade al pacto a que llegaron ambas compañías en Australia a principios de este mes, por el que Samsung se avino a no comercializar la Galaxy Tab hasta que el juez local se pronunciara sobre la disputa entre ambas compañías. En el caso de que el juez dé la razón a Samsung, Apple deberá pagar una indemnización cuya cuantía no ha trascendido. Las dos compañías protagonizan otro contencioso idéntico en California (EE UU). En esta pelea, las dos solicitaron en abril al juez del caso que obligara a la otra a mostrar sus futuros productos para cerciorarse de que no eran una imitación de los suyos. Algunos analistas no descartan que Samsung lance una variante de la Galaxy en Australia y Europa para evitar el bloqueo. Samsung es el gran suministrador de Apple de componentes para sus móviles.

Apple habría presentado otra demanda similar en Europa por el diseño de la tableta de Motorola Xoom.

En abril, un tribunal de La Haya ordenó bloquear 10 días la importación a Europa de la consola de Sony Play Station 3 a instancias de LG por una disputa de patentes. Al final, el tribunal dictó la devolución de las 300.000 consolas incautadas y multó al demandante.