La instalación tiene la documentación en regla

La atracción de la feria de Villacañas (Toledo) que ayer sufrió un fallo que causó la muerte de tres personas e hirió gravemente a otra contaba con los permisos en regla, según informó el alcalde de la localidad castellano-manchega, Santiago García Aranda. "Tienen la documentación que tienen que presentar. Ya ha sido inspeccionada por la policía judicial y, en una primera ojeada, no hay ninguna deficiencia", señaló García Aranda tras el pleno extraordinario del Ayuntamiento en el que se acordó suspender las fiestas hasta las once de la mañana de hoy.

La atracción, denominada Extrem, es una especie de eje del que salen cuatro brazos metálicos que suben y giran al mismo tiempo. Cada uno termina en una vagoneta de banco corrido en el que caben tres o cuatro personas. Una de las cabinas se desprendió del brazo desde una altura de unos 10 metros y cayó a plomo y boca abajo sobre las escaleras de acceso al aparato.

Las aparatos de feria tienen que pasar una revisión anual, como una ITV, que cuesta unos 300 euros. En el caso de las atracciones móviles, además, los técnicos municipales deben verificar la documentacion y revisar la correcta instalación de la máquina. El presidente de la Asociación de Industrias Feriantes de Castilla-La Mancha, Manuel Martínez, admite que a veces se comprueban los papeles pero no se realizan las inspecciones de montaje.

Asociaciones como la Organización de Consumidores y Usuarios o la Federación de Consumidores de Castilla-La Mancha han vuelto a dar la voz de alarma, como hicieron en febrero cuando murió una niña de tres años tras quedar atrapada en una atracción en Moral de Calatrava (Ciudad Real).

Las investigaciones de la policía judicial de la Guardia Civil aclararán las causas, humanas o mecánicas, del fallo de la atracción de Villacañas. Muchos vecinos achacan el accidente a la rapidez en el montaje. "El resto [de aparatos] llegaron con tiempo y se instalaron con antelación, pero la que ha fallado se montó el lunes a mediodía", relataban varios de los curiosos que se agolpaban ayer frente a la máquina precintada. Otro respiraba hondo: "Mi mujer y mi cuñada se subieron dos horas antes".