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Reportaje:

El Málaga no paga por el Ramadán

El club andaluz se escuda en el ayuno islámico para justificar el impago al Valencia por Isco

Al tratar de cobrar el pagaré de seis millones que el Málaga debía abonarle por la cláusula de rescisión del centrocampista Isco, el pasado 25 de julio, el Valencia se encontró con que no tenía fondos. Tras denunciar el impago ante la Liga de Fútbol Profesional, el club de Mestalla advierte al Málaga de que o paga antes del 30 de agosto o no podrá inscribir a los jugadores fichados posteriormente, en este caso nada menos que al centrocampista Cazorla, del Villarreal. El Valencia acusa de "prepotencia" al Málaga, que ya fichó anteriormente a Joaquín por cuatro millones. Y el club andaluz se revuelve al preguntarse por qué un club chico hasta ahora no puede arrebatar dos jugadores a un club grande. ¿Dónde está escrito?

"Evidentemente, el Ramadán [mes de ayuno en el islam] hace más difícil los contactos", explica José Carlos Pérez, directivo del Málaga; "nuestras transferencias proceden de Catar, de un fondo exterior, los requisitos se retrasan unos días, como sucedió con Toulalan y el Lyon, pero el Valencia puede comprobar la referencia en el banco de Doha, en el que nuestro jeque [el constructor Abdulá al Thani] es accionista mayoritario. Pagaremos los intereses al Valencia por estos 10 días de retraso".

El Villarreal, mientras tanto, asegura no estar preocupado por el cobro el día 18 del pagaré de los 19 millones por el internacional Cazorla. "Estamos seguros de que va a llegar ese dinero sin problemas", comentó ayer un directivo amarillo.

Isco, que está disputando en Colombia el Mundial sub 20 con España, fue considerado la joya de la cantera del Valencia, al que llegó a los 14 años procedente del Atlético Benamiel, un equipo de su barrio, Arroyo de la Miel, en Benalmádena (Málaga). Internacional en todas las categorías, debutó en el Valencia la pasada campaña, en la Copa del Rey, en la que marcó dos goles al Logroñés, uno de ellos excelente tras regatear a cinco defensas en apenas dos metros.

Su salida ha escocido en la entidad de Mestalla, puesto que el presidente, Manuel Llorente, le había mejorado el contrato hace unos meses hasta alcanzar los 700.000 euros por temporada. A cambio, le pidió un cierto agradecimiento en el futuro.

El jugador, sin embargo, ha sido seducido por los encantos del dinero del jeque, por la idea de volver a casa o por la posibilidad de sentirse más importante a las órdenes del entrenador del Málaga, Manuel Pellegrini, de lo que se sentía en el Valencia con Unai Emery.

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