"No todos somos iguales"
El 9 de diciembre el atletismo español sufrió un auténtico terremoto. La Operación Galgo contra el dopaje provocó detenciones, registros, y, sobre todo, una imagen, la de Marta Domínguez, la española capaz de codearse con las mejores atletas del mundo en medio de un torbellino que también arrasó al grupo de Manuel Pascua, uno de los entrenadores con más éxitos de España.
Esa mañana, Ángel David Rodríguez, el hombre más rápido de España, llegó a la pista del INEF, en Madrid, como todos los días de entreno: "Pero estaba con el móvil todo el tiempo, mirando Facebook... Cuando llegué estaba Mery [la mujer de Pascua, también imputada], pero se fue. Luego ya saltó todo: que si han registrado la casa de Marta, que han detenido a este con el otro...".
"La lucha contra el dopaje también es educación. Doparse es un tema ético"
El atletismo español es un mundo cerrado donde todos se conocen. Coinciden desde hace años en las competiciones, viajan juntos con la selección... En los últimos años, además, se han acostumbrado a comunicarse a través de Twitter o en Facebook, las mismas redes sociales que utilizaron ese día de diciembre para compartir información, rumores, cotilleos... y, al final, para desmarcarse. Porque del estupor de las primeras horas muchos pasaron a la indignación y, en pocos días, a organizarse para levantar la voz y decir: "No todos somos iguales". Lo hicieron a través de un manifiesto público que llegaron a firmar casi un centenar de atletas.
"No iba contra nadie", subraya Pablo Villalobos, maratoniano y, con Rodríguez, uno de los que pusieron además de su firma la cara al movimiento. "Lo que queríamos era aprovechar que había afectado a gente de mucho nivel y con una presencia mediática importante para demostrar que hay muchos atletas a favor de que se persiga el dopaje, y no solo con controles, sino también por la policía y los jueces".
Pero, desde entonces, y han pasado más de siete meses, el atletismo español se ha partido en dos. Los que defienden a los investigados y los que quieren que se llegue hasta el final. Se vio en los Campeonatos de Europa de pista cubierta, donde acudió Nuria Fernández, una de las antiguas atletas de Pascua, y en los de selecciones, donde a última hora se cayó de la lista su compañera Digna Luz Murillo. "Se ven malas caras", reconoce el velocista. "Depende mucho de la relación que tenías antes", explica Villalobos. "Y se ha notado más entre los atletas que tenían una relación diaria. Todo ha cambiado, cada uno sabe en qué bando está, pero somos adultos, venimos a entrenarnos y aquí no va a pasar nada".
Los vaivenes judiciales del caso tampoco han ayudado. Marta Domínguez, que nunca ha dado positivo, acabó exculpada de traficar con sustancias dopantes y proclamó su inocencia. La juez no puede pronunciarse sobre si la campeona del mundo se ha dopado y el Consejo Superior de Deportes, aunque ha solicitado las pruebas que supuestamente demuestran que la palentina se dopaba, no puede sancionarla hasta que no las reciba. Incluso la propuesta de vetar la participación en grandes campeonatos de deportistas investigados por dopaje, inspirada en los galgos, ha quedado en amago.
"Pero es un punto de infle-xión", asegura Villalobos. "Lo que no puede ser es que doparse salga gratis", añade Rodríguez. Ambos son partidarios de endurecer la lucha contra el dopaje. Lo resume el maratoniano: "La actitud en estos casos tiene que ser muy firme. Si das una impresión de que se es laxo, de que todo vale, eso puede calar. La lucha contra el dopaje también es educación. Doparse es un tema ético, de cada uno, porque ya sabemos que hay sustancias que no se detectan. El jueguecito de 'lo hago con asesoramiento médico y no me pillan' se ha acabado". "No queremos oír: 'No he dado positivo", añade su compañero. "Yo quiero que cuando se señale a un atleta, este diga: 'Yo nunca he tomado nada".
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