Borrón y... coche nuevo

Ferrari presentó en Maranello, el pasado 28 de enero, la primera versión del coche con el que iba a afrontar el Mundial de F-1. Un prototipo inicialmente bautizado como F150, nomenclatura que llegó a cambiar tres veces por distintos problemas de registro hasta que se fijaron el nombre de 150º Italia en homenaje a los 150 años de la unificación del país. En aquella presentación, los responsables de la Scuderia reconocieron que el monoplaza, a pesar de los numerosos cambios que iban a afectar al reglamento, como la reincorporación del KERS o la prohibición del doble difusor y el conducto f, era una evolución del F10, el modelo con el que Fernando Alonso peleó por el título hasta la última carrera del curso anterior.

"Habrá un gran número de áreas distintas", dice el diseñador Tombazis

Comenzó entonces la pretemporada, que fue más o menos plácida tanto para Alonso como para Felipe Massa, que se hincharon a dar vueltas para poner a prueba su fiabilidad, el parámetro que Ferrari consideró más importante cuidar, incluso por encima de la velocidad. Pero las penurias que la firma italiana atravesó a partir de la primera carrera provocaron que esa perspectiva fuera cambiando a medida que los grandes premios se sucedían y Red Bull, especialmente Sebastian Vettel, se alejaba a todo correr: primero, en la pista; después, en la tabla de puntos. "El Ferrari es un coche convencional", consideraba a principios de mayo y en este periódico Adrian Newey, capitán general de Red Bull y el hombre que en los dos últimos años ha marcado la pauta en el certamen a nivel aerodinámico.

Dos semanas después de aquel ataque, justamente antes del Gran Premio de Mónaco, Aldo Costa era relevado de su cargo de director técnico del constructor de los bólidos de Il Cavallino Rampante. En su lugar, Stefano Domenicali, el jefe, promocionó a Pat Fry, fichado de McLaren pocos meses antes. En aquella misma cita, Domenicali anunció un cambio de rumbo a la hora de encarar el futuro, a la vez que hizo un llamamiento a toda su tropa para que se estrujara el coco y buscara caminos innovadores y soluciones agresivas, más en la línea de Red Bull, Renault o McLaren, que aportaron uno o varios elementos nuevos que después han ido incorporando los demás. "El objetivo es ser innovadores. Ya se lo pedí al equipo el año pasado en Turquía. Quiero ver innovación en el coche y prestaciones, no lo uno sin lo otro. Esto es algo que quiero ver en el futuro", dijo el ejecutivo en aquella ocasión.

Desde ese momento, Ferrari no hace más que rastrear el mercado en busca de algún genio que le ayude a recuperar la hegemonía que históricamente le ha acompañado. Por el momento, los técnicos ya han asegurado que el bólido de la temporada que viene será mucho más rompedor.

"Hemos optado por un enfoque mucho más fresco. Habrá un gran número de áreas del coche sustancialmente distintas. Eso supone un cambio muy importante respecto a los años y los monoplazas anteriores. El grado de cambios será muy elevado", reconoce ahora Nikolas Tombazis, responsable de diseño de Ferrari, que tiene muy presente qué le ocurrió a Costa.