Al calor de la rima y el 'flow'

"Dios es negra / Tres palabras que desintegran tu fe", cantan los madrileños Hombres Púa sobre el escenario. En primera fila, apoyados sobre las vallas, Javi Alcalde y Raquel Díaz mueven la cabeza y hacen ademanes de rap con los brazos. Es la tercera y segunda vez, respectivamente, que acuden al festival Cultura Urbana que ayer celebró su séptima edición. "El cartel está bastante bien pero demasiado concentrado, todo en una tarde. Se ha notado el cambio con respecto al año pasado". Menos correctos fueron Ignacio Lasheras y Javier González, dos asiduos al festival, que criticaron la nueva fecha. "Un 31 de julio en Madrid hace muchísimo calor y al ser en domingo el público es muy joven", se quejan. Uno de sus amigos, con pantalón ancho, gorra y una tela de araña tatuada en el codo reclama la presencia de algún rapero de Estados Unidos como Chali 2Na el año pasado, Common (2009), o el neoyorquino Talib Kweli en 2008. "Falta de pasta", sentencia.

A primera hora de la tarde el público imberbe predominaba en el recinto. Las viseras propias de la estética hip hop ayudaban esta vez a soportar el sol que pegaba fuerte sobre el escenario de Puerta del Ángel. Gonzalo Fernández apenas ha cumplido los 14 años. Ajeno a los ritmos reggae de los Gregtown espera, como casi todo el mundo, a las actuaciones de Capaz y de Nach, cabezas de cartel y principales atractivos del festival que este año se ha ceñido a la música en un solo escenario y ha eliminado las actividades paralelas como las batallas de breakdance, las peleas de rimas o las exhibiciones de grafitis.

A medida que pasa la tarde van llegando corrillos de gente que caldean aún más las inmediaciones a sorbos de sangría y calimocho. Pasadas las siete el concierto del proyecto europeo Diversidad anima el ambiente con el hip hop multicultural y desenfadado de hasta 18 raperos, Nach entre ellos, que es recibido como la gran estrella por las cerca de 2.000 personas que asistieron al festival, 7.000 menos que el año pasado.