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Reportaje:

Homenaje secreto a Leo Castelli

Obras de Jasper Johns, Rauschenberg o Richard Serra, en una exposición dedicada al mítico marchante

Como buen italiano, a Leo Castelli (Trieste, 1907-Nueva York, 1999) le gustaba ir impecable. Con americana y corbata. Y así, pero rizando el rizo, le retrató uno de sus descubrimientos artísticos, Andy Warhol: con traje y envuelto en un abrigo de marta cibelina de Bergdorf Goodman, los grandes almacenes de lujo en pleno Manhattan. A esa isla emigró huyendo del fascismo tras haber realizado una incursión como marchante en París y donde abrió, en 1957, una galería de arte en el 420 de West Broadway convirtiendo ese lugar en una especie de Eldorado para los artistas: "Todo empezó con Rauschenberg, Johns y Twombly; después continuó con Frank Stella; vinieron luego los artistas minimalistas, los artistas conceptuales, y a comienzos de los setenta, Nauman y Serra", declaró en una ocasión. Unos cuantos son ahora los protagonistas de una exposición- homenaje, hasta el 3 de septiembre, en la Fundación Juan March, institución a la que estuvo vinculado.

"Marcó el modo de comprar arte y exponer", explica el comisario
Admiraba a Goya, Velázquez y El Greco, y también a Miquel Barceló

Surgió cuando este marchante de arte, que además de tener un olfato privilegiado para los artistas en los que invertía lo aplicaba también para el negocio, cumplió 90 años. Entonces su hijo Jean-Christophe decidió hacerle un regalo especial: un portafolio de nueve grabados realizados por nueve artistas vinculados a la historia de la mítica galería: Jasper Johns (del que supo ver la novedad de las banderas), Robert Rauschenberg (el primer artista norteamericano que descubrió), Roy Lichtenstein, Ellsworth Kelly, Joseph Kosuth, Richard Serra, James Rosenquist, Edward Ruscha y Bruce Nauman. Castelli hijo encargó una edición limitada de 90 ejemplares. Regaló a su padre el primero y el último, y el resto los donó a distintos museos e instituciones con las que de alguna manera habían mantenido alguna relación, que incluye a la Juan March a la que le tocó el portafolio número 82/90.

"Castelli es una figura mítica que ha marcado el modo de comprar arte, de realizar exposiciones y de relacionarse con los artistas", comenta Manuel Fontán, el comisario de esta muestra y director de Exposiciones de la Fundación; "Esta exposición es frente a los montajes de gran formato, un homenaje secreto, un punto sentimental".

No es la primera vez que Leo Castelli, hijo de un banquero húngaro y de una judía sefardí de origen español, entra en la Juan March. Su contacto arranca desde finales de los años setenta con el préstamo de obras, pero la colaboración más estrecha se produjo en 1988 cuando él mismo acudió a Madrid a la inauguración en 1988 de la exposición titulada Colección Leo Castelli. Entonces habló de los grandes artistas españoles. Alabó a Miquel Barceló, al que tenía en su lista, pero enseguida se remontó a los grandes clásicos: desde el Greco, Goya y Velázquez hasta Picasso, a los que cada vez que acudía a España les visitaba en el Museo del Prado.

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Un homenaje a Leo Castelli. Fundación Juan March. Hasta el 3 de septiembre. Entrada libre.

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