Números más rojos que blancos
El Atlético cerró el ejercicio 2009-10, uno de los mejores de su historia tras lograr dos títulos (Liga Europa y Supercopa de Europa), con unas pérdidas de 75.486,60 euros. Entonces el presupuesto fue de 130 millones, 20 más que el de la última temporada. Pese a los ingresos por Agüero (45), De Gea (20 millones) y Ujfalusi (2), el panorama se intuye sombrío por las apreturas de una deuda neta que Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado y máximo accionista (aproximadamente el 72% por el 19% del presidente, Enrique Cerezo) estima en 183 millones. Entretanto, Fernando García Abásolo, tercer máximo accionista (5%), las dispara hasta los 250 millones. "La entidad no tiene ya margen para aumentar la deuda", avisa.
Cada vez más apretado por las urgencias del día a día, con los empleados "ya hasta agradecidos" si cobran el día 5 de cada mes cuando lo común es hacerlo el día 10, el Atlético ha aliviado los pagos con Hacienda, su principal acreedor -a 30 de junio de 2009 le llegó a deber 212 millones-, que hasta ahora recibía automáticamente el 50% de los ingresos por los traspasos de jugadores. El club negoció realizar un pago único en septiembre, un éxito que no esconde la "desconfianza" que despierta, según reconoce el propio Abásolo. Un ejemplo: el departamento de márketing no encuentra un esponsor para la camiseta tras finalizar el acuerdo de patrocinio con KIA, establecido en 2005 por nueve millones anuales.
Mientras, Gil Marín percibió 1.350.000 euros en el ejercicio 2009-10, 150.000 más que en el anterior. De acuerdo con el artículo 34 de los estatutos del club y la Ley de Sociedades de Capital, no podría recibir ninguna remuneración si el club no tiene beneficios.
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