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Fin de semana 'indignado'

Cuando Sol despierta a ritmo de rap

La larga jornada del sábado no aplacó los ánimos de los indignados. Aunque el frío hizo presencia durante la noche, tanto los que durmieron en el paseo del Prado, que fueron la mayoría, como en la Puerta del Sol, aseguraron haber descansado lo suficiente. Desde primera hora, el movimiento 15-M comenzó a hacerse notar. A los indignados del Prado no les sentó nada bien que les cortaran el agua y protestaron en la Castellana, que fue cerrada al tráfico.

La Puerta del Sol, sin embargo, se despertó a ritmo de rap: "Aquellos hijos de puta que me han robado el dinero no se van a quedar con lo que yo más quiero". Jorge, de 22 años, pedalea sin parar en una de las bicicletas que, conectadas a una dinamo, producían la electricidad necesaria para el equipo de sonido. Vino de Huesca en coche, y como está descansado, ofreció sus piernas para que la música no parara de sonar.

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En el parque del Retiro, el día comenzó con la distribución de los indignados en seis áreas de trabajo: coordinación, análisis, estrategia política, economía, internacional y comunicación. Sobre las doce de la mañana, los diferentes grupos se unieron en una gran asamblea alrededor del palacio de Cristal durante la que expusieron sus propuestas. En esta juntanza multitudinaria, dos ideas cobraron especial fuerza: por un lado, coordinarse durante los próximos meses con vistas a la manifestación del 19 de octubre y, por otro, lograr que confluyan las ideas del movimiento 15-M con los intereses de los trabajadores.

Los indignados catalanes fueron los que pusieron la primera piedra con la celebración de "Encuentros de trabajadores y empresas en lucha". Julia, de 27 años que formó parte de la acampada en la capital catalana y miembro de la organización, asegura que "la lucha empezó hace mucho tiempo, aunque haya cobrado más fuerza en el mes de mayo".

En Sol, como cada domingo, decenas de sirios residentes en Madrid se reunieron en la plaza en apoyo a su pueblo, oprimido por el Gobierno de Bachar el Asad. "Los indignados son el único grupo que nos apoyó desde el principio,", decía Layla Jandally.

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Después de un pequeño descanso para comer, el Retiro acogió por la tarde tres asambleas: medio ambiente, internacional y coordinación. "Hay que cambiar lo fundamental porque una clase social se sustenta en otra; si el movimiento obrero entra en escena el sistema se paraliza económicamente", aseguraba Salva, barcelonés. La céntrica calle del Carmen acogía mientras una comisión de respeto. El primer punto del día: concretar por dónde pasaría la manifestación. Algunos propusieron llegar hasta Moncloa. Otros indicaron que "no merece la pena" porque la policía no les dejaría llegar. Al final se estableció un grupo de trabajo de unas diez personas que delimitaron el recorrido. Otro punto importante: las acciones de la manifestación. "Nosotros nos disfrazaremos de estatuas", comenta una chica de la marcha nororiental. "Debemos llevar a cabo una acción directa contra los medios", comentaba su compañera, Silvia Gambate. En el paseo del Prado, el número de tiendas de campaña disminuyó al atardecer -muchos participantes volvieron a casa tras la manifestación-, aunque hay quien tenía pensado quedarse hoy y mañana.

Las actividades siguieron durante la noche: en el Prado se proyectaron documentales del 15-M, en Sol se emitió un programa de radio en directo y se celebró una pelea de gallos, un enfrentamiento dialéctico entre raperos para el que los chicos de Arte propusieron hacer dos trofeos para los ganadores.

El I Foro Social del 15-M se celebrará entre hoy y mañana en el Retiro. Algunos indignados se quedarán, pero la mayoría, como María José Gallardo y sus amigos, regresaron a Málaga al anochecer.

La cabeza de la manifestación del 15-M con una pancarta en la que podía leerse: "No es una crisis, es que ya no te quiero".
La cabeza de la manifestación del 15-M con una pancarta en la que podía leerse: "No es una crisis, es que ya no te quiero".AFP

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