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El maná en forma de música

Los festivales dejarán casi 40 millones de euros en la provincia de Castellón

El Festival Internacional de Benicàssim (FIB) cerró sus puertas el pasado domingo después de cuatro días de lleno que le permitieron recuperar las cifras récord de asistencia perdidas en la edición anterior. Cerca de 50.000 visitantes diarios (200.000 los cuatro días) que generaron un impacto económico de 18 millones de euros en Benicàssim y sus alrededores. Después de 17 ediciones, a nadie se le escapa que este festival es una fuente de ingresos para comerciantes y hoteleros y supone una gran promoción turística que, además, es gratis. También ha provocado un efecto llamada para otros eventos musicales. Este año repiten el RototomSunsplash, también en Benicàssim, y el Arenal Sound en la playa de Burriana. "Nos estamos posicionando como líderes en macrofestivales de música y la campaña publicitaria es impagable", explica la gerente del Patronato de Turismo de Castellón, Virginia Ochoa.

Los tres festivales dejarán este año en estos dos municipios y en sus zonas de influencia cerca de 40 millones de euros. Pero lo más importante es que, igual que ocurrió con el FIB, las ediciones de las dos citas superan en expectativas a las precedentes. En Burriana, el Arenal generó un impacto económico de seis millones de euros en 2010, dio trabajo a 700 personas y recibió 105.000 visitantes en cuatro días. "Este año vamos a duplicar", augura Tomás Abril, jefe de prensa del festival. Según explica, del 4 al 7 de agosto pasarán por la localidad entre 35.000 y 40.000 personas (entre 140.000 y 160.000 los cuatro días). "El impacto económico rondará los 12 millones", asegura.

La intención de los organizadores del Arenal Sound es consolidarse en Burriana. Firmaron un contrato inicial de tres años con el Ayuntamiento, pero piden que se mejoren las instalaciones que albergan los conciertos. "Nuestra intención es seguir por mucho tiempo, pero este año el público es el doble y encontrar alojamiento es casi imposible", afirma Tomás Abril. Lo mismo ocurre en Benicàssim. El responsable del FIB, Vince Power, ha retomado los contactos con las instituciones para tener infraestructuras permanentes el próximo año.Y si el FIB se ha convertido ya en un clásico en Benicàssim y el Arenal Sound lleva camino de hacer lo mismo en Burriana, el Rototom también quiere asentarse. Sus organizadores italianos incluso se han empadronado en Benicàssim. "Nuestra intención es quedarnos, pero también exigimos mejores instalaciones para poder crecer en un futuro", señala Oriana Brunori, responsable de prensa. Este festival atrajo a 150.000 personas durante ocho días y generó un impacto de siete millones en 2010. "Este año las reservas han aumentado de momento un 30%, y, además, hay dos días más de festival", explica. Por ello, las primeras previsiones hablan de un impacto de ocho millones de euros, de los cuales 5,2 serán de retorno a la localidad. Pero la vinculación de esta cita con Castellón va más allá. "Este año, por ejemplo, toda el agua embotellada que se venderá en el recinto será de Catí", dice Brunori. "También queremos ser un escaparate de los productos del interior de la provincia", añade. Eso sin contar con la infinidad de actividades que se realizan con los vecinos del municipio.

Desde el Patronato de Turismo se valora de forma muy positiva la consolidación de estos macrofestivales. "Mantenemos contacto constante con los promotores para atraer más grandes eventos", dice el diputado provincial de Turismo, Andrés Martínez. Otras fuentes del Patronato insisten en la importancia para el turismo. "Se consiguió cambiar el FIB de agosto, donde ya había lleno de turistas, a julio", destacan. En Burriana, el Arenal desempeña un papel más importante, ya que, según apuntan, puede consolidar un turismo que no tenía.

Sin embargo, no es lo mismo ser fiber que sounder. "El gasto medio por persona de un fiber se sitúa por encima de la media del turista normal, el de un sounder, por debajo, y los asistentes al Rototom se sitúan en la media", destacan en el Patronato. Lo más importante, dicen, es que el germen ya está plantado. Ahora solo falta crecer.

El escenario principal del Festival Internacional de Benicàssim durante uno de los conciertos de la reciente edición.
El escenario principal del Festival Internacional de Benicàssim durante uno de los conciertos de la reciente edición.ÀNGEL SÁNCHEZ
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