_
_
_
_
El rincón del inglés
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Musulmán por un mes

Quizá sea un poco tarde para este verano pero un plan para el que viene, o incluso para las Navidades, podría ser viajar a Turquía y convertirse en musulmán por un mes. Así se llama el programa vacacional, dirigido a occidentales cristianos o no creyentes: Musulmán por un mes. Los que se apuntan (en su mayoría hasta la fecha norteamericanos e ingleses) aceptan sucumbir durante todo el viaje a las costumbres religiosas y sociales del islam. Rezan en la mezquita a las horas que corresponden, estudian el Corán, ayunan, no beben alcohol y reducen drásticamente el contacto con el sexo opuesto.

No pinta, a primera vista, como un plan para parejas en luna de miel pero puede tener su atractivo para aquellos cuyo romanticismo se extiende a la noción de que un mundo mejor sí es posible. La idea, según la fundación tailandesa que organiza el programa, es acabar con los prejuicios, romper las barreras que inhiben el entendimiento entre las culturas, buscar las cosas que tenemos en común como seres humanos, no las que nos dividen, etcétera.

Según he leído (en la página web de la BBC, entre otros lugares), se baraja ofrecer también la opción de ejercer de sij o de monje budista durante un breve periodo vacacional. Veo una oportunidad aquí para un emprendedor español. No, lo de los musulmanes, no. Vacaciones sin jamón, cañas o tintitos de verano... ¿Para que no vamos a engañar? No, el plan consistiría en organizar intercambios entre católicos y ateos dentro de España. Los católicos, ateos por un mes; los ateos, católicos por un mes.

Quizá habría más demanda entre los católicos que entre los ateos. Muchos ateos españoles ya tienen conocimiento, y de sobra, de lo que es la misa y los sacramentos. Varios no creyentes insisten, incluso, en que sus hijos hagan la primera comunión (hay cosas de los spanish que uno, por más tiempo que viva aquí, no acaba de entender...), pero para un católico podría ser tentador ponerse en la piel durante un tiempo de alguien que no cree en el castigo divino. Pecados mortales por un mes es una consigna que una buena agencia de viajes debería ser capaz de vender.

Pero los beneficios no serían solo económicos. Fomentando el intercambio de fes, y de no fes, las dos Españas empezarían, por fin, a conocer sus respectivas culturas, diluyendo prejuicios, rompiendo barreras y ofreciendo incluso la lejana posibilidad de que algún día se acabe con el chillido de sordos que define el panorama político español.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_