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Reportaje:

Del podio al paro

El ciclista Gustavo César Veloso, ganador de una etapa en la Vuelta a España, entrena por su cuenta en las carreteras de Arousa para volver al pelotón

Late con fuerza el Tour en Francia, también la pasión ciclista de Gustavo César Veloso por las carreteras de Arousa. No hace ni dos años que alzó los brazos en la cumbre alicantina de Xorret del Catí, donde ganó una etapa de la Vuelta. Meses antes había inscrito su nombre en el palmarés de la Volta a Catalunya, donde no gana cualquiera: Valverde, Joaquín Rodríguez y Contador le han sucedido. Damnificado por el deceso del Xacobeo Galicia, Veloso está en paro, pero no quieto. "Salgo a entrenar y muchas veces me pongo a tope para tener esa sensación de la competición. Ya asumo que esta temporada la he perdido, pero me he recargado. Antes pensaba que podía seguir hasta los 35 años, ahora tras este parón creo que podré ser profesional del ciclismo unos años más", explica.

Ciclismo Galego debe a los miembros del Xacobeo 300.000 euros
"Si es necesario acudiremos con pancartas", anuncia el deportista

No semeja que haya mucha explicación al desempleo de Veloso, que en su madurez paga por errores ajenos, los de quienes han dejado caer su deporte al peor hoyo de su historia, pero también los de unos gestores en la Fundación Ciclismo Galego que alimentaron en vano las ilusiones de un grupo que lo dio todo sobre el asfalto. "Nos comunicaron muy tarde que el equipo no seguía", lamenta. Fue tras la última Vuelta, la que llevó a Ezequiel Mosquera al podio. Al día siguiente Feijóo recibió al equipo en Raxoi; tres días después la UCI notificó "un resultado adverso" en los controles antidopaje efectuados a Mosquera y David García. Alguien quiso ver en esa noticia una buena coartada para liquidar el proyecto ciclista gallego, pero Veloso cree que la decisión ya estaba tomada. "Eso no se determina de un día para otro. El día que se conoce la notificación era el mismo que vencía el plazo para presentar avales y contratos para poder competir este año. Sabían que no seguíamos y no dijeron nada".

Veloso se siente "como un papel al que han tirado a la basura". "Fuimos utilizados para que unos pocos se hicieran las fotos y sacaran pecho". El pasado día 6 acudió a un juicio. Demanda por impago a la fundación, todavía en vigor y cuyo patronato preside José Ramón Lete, secretario general para o Deporte, el mismo que en la etapa de los Lagos de Covadonga anunció que la continuidad estaba garantizada al 95%. En total le deben al equipo unos 300.000 euros, la mitad a los mecánicos y masajistas con contrato indefinido, a los que nadie atinó siquiera a dar una carta de despido cuando el equipo echó el cierre, y que siguieron cotizando hasta que en marzo buscaron una solución para poder cobrar del INEM. Cada caso se lleva de manera individual y Veloso espera ahora sentencia, pero duda de que la fundación asuma la deuda y advierte que habrá movilizaciones. "Si es necesario nos presentaremos con pancartas en Manzaneda cuando en septiembre venga la Vuelta. Es nuestro pan".

A los integrantes del Xacobeo se les llegó a decir desde la fundación que las indemnizaciones llegarían cuando Karpin, antiguo patrocinador del equipo, abonara la deuda contraída con la entidad, en su día cifrada por Lete en casi dos millones. "Como si tuviéramos algo que ver", lamenta Veloso, que ha pasado por varios estados de ánimo. "Me costó asumir el mazazo de verme sin equipo. Luego, en enero, empecé a entrenar y ahora estoy disfrutando de la bicicleta como nunca", dice. Si Mosquera no hubiera llegado al callejón del que aún trata de salir, quizá Veloso estaría ahora con él en el Vacainsoleil, seguramente en ese Tour del que no se pierde una etapa por televisión. Lo seguirá intentando. "Ya estoy buscando un equipo pro-tour o continental, en España o en Europa".

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Y en ciclismo menos mal que queda Portugal. Allí está Delio Fernández. Otros buscaron otros destinos mientras mejora su suerte. Gustavo Rodríguez compite en duatlón, Gonzalo Rabuñal en raids que también combinan el ciclismo con otras disciplinas y prepara oposiciones para policía local, Gustavo Domínguez se ha decantado por un curso de administrador de empresas deportivas y se presentó a las últimas municipales por el BNG en O Porriño.

Solo el portugués Oliveira, en Radioshack, y el ruso Isaichev, en Katusha, mejoraron su estatus. Este incluso compite ahora en la gran ruta francesa. "Es el único gallego del Tour", bromea Veloso, que cuida de sus hijos, una niña de dos años y un pequeño de nueve meses al que animaría, si lo desea, a ser ciclista. "Quienes critican nuestro deporte no lo conocen desde dentro", lamenta. "Al tramposo siempre le cogen porque las pruebas antidopaje están muy afinadas, a nadie se le controla más que a los ciclistas. Como profesional he pasado mis mayores pesadillas, y también he cumplido mis sueños".

Gustavo César Veloso, en el centro, con excompañeros del Cambados en la plaza del pazo de Fefiñáns el pasado sábado.
Gustavo César Veloso, en el centro, con excompañeros del Cambados en la plaza del pazo de Fefiñáns el pasado sábado.CARLOS PUGA

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