Franquicia de rock
Basta una vuelta por las webs oficiales de Hard Rock Cafe para darse cuenta de que gustan de usar términos como "espíritu". Un ejemplo viviente de ese espíritu es la carrera profesional de Calum MacPherson. Hace 25 años, MacPherson era un estudiante de magisterio canadiense que viajaba de mochilero por Europa. En Londres encontró trabajo limpiando mesas en el Hard Rock. "Lo más bajo de todo", explica hoy, también desde Londres, pero convertido en el vicepresidente de la división europea de la franquicia. "Nuestra compañía cree en hacer así las cosas. Hacemos un montón de promoción interna y nos aseguramos de que todo el mundo tiene espacio para crecer. Es muy importante para nuestro espíritu". MacPherson es el interlocutor de la empresa en el cuadragésimo aniversario de la apertura del primer café, celebrado con todo tipo de fastos. Entre ellos, un festival en Londres con The Killers como cabeza de cartel.
"Lo que nosotros proporcionamos es más que comida. Es una experiencia auténtica"
La historia: al principio fue la idea de dos empresarios estadounidenses, Peter Morton e Isaac Tigrett, que querían abrir un restaurante, o más bien una hamburguesería, en Londres. Los cafés locales les parecían demasiado estirados, muy europeos. Pero desde el principio iban a lo grande, lo montaron en una esquina de Hyde Park, en la lonja que había ocupado un concesionario de Rolls-Royce. Era el lugar donde iban a comer McCartney y Lennon. Donde paraba Warhol cuando visitaba la ciudad. "El espíritu para nosotros es intentar que cada café tenga una presencia individualizada, que el de Lisboa no sea como el de Madrid ni este como el de Barcelona. Lo que nosotros proporcionamos es más que comida, es una experiencia auténtica", dice MacPherson. Para eso se han hecho con una colección de lo que llaman "memorabilia", coleccionables del rock and roll, que exhiben en cada café. Esa es su definición del rock, que el vicepresidente verbaliza como: "An authentic experience that rocks", un juego de palabras que podría definirse como "una auténtica experiencia que mola".
Ahora el logo de Hard Rock Cafe es omnipresente como el de McDonald's. "Es tan famoso que abre un montón de puertas en países que no nos conocen. Lo creó el diseñador Alan Aldridge para la camiseta del equipo de fútbol del restaurante de Londres". Difunden pocos datos de sus ingresos por merchandising. Pero aseguran que la venta en las tiendas supone aproximadamente la mitad de la facturación de los locales. La tienda de Hard Rock Cafe Madrid factura cuatro millones de dólares al año (2,7 millones de euros). "No abrimos más restaurantes porque somos muy quisquillosos con el emplazamiento. En Francia solo tenemos en París. Y en Holanda, solo tenemos en Ámsterdam. En España tenemos dos restaurantes que funcionan de maravilla, en Madrid y Barcelona. Además tenemos dos que funcionan muy bien en Palma y Puerto Banús. Son más pequeños, pero muy exitosos, van muy bien".
Le ha costado recordar dónde estaban los dos restaurantes de "el sur", como los ha llamado. Es lógico, actualmente la cadena cuenta con 163 establecimientos en 50 países, a los que hay que sumar siete hoteles y seis hoteles casino. Según su misma web, entre 2011 y 2012 abrirán al menos 12 restaurantes, en lugares que parecen tan exóticos como Hanoi, en Vietnam; Chennai, en India, o San José de Costa Rica. La marca vive un periodo de expansión. Tras varios cambios de mano, ahora pertenece a la tribu semínola de Florida, que se hizo rica gracias al negocio de los casinos y compró la cadena por 965 millones de dólares en diciembre de 2006. "Son unos fantásticos dueños para el grupo. Quieren mejorar y potenciar la marca. Convertirla aún más en un nombre grande a nivel mundial. No podríamos soñar con nada mejor". n
