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Reportaje:TOUR 2011 | Duodécima etapa

Samuel Sánchez ya tiene 'su' etapa

El campeón olímpico, que debutó en el Tour en 2002, se impone en la cima donde Laiseka inauguró hace 10 años la historia de amor del Euskaltel con la carrera francesa

Carlos Arribas

"Ya nadie se acuerda de mí", llora con su habitual ironía de cascarrabias Roberto Laiseka, que cuando ganó en Luz Ardiden, justo hace 10 años, mereció titulares legendarios, de esos que dicen que un tal entra en la historia (en efecto, fue la primera victoria del Euskaltel en el Tour, fue el primer Tour del equipo vasco también) por hacer algo de lo que tres meses después solo se acuerdan los vecinos y tres años más tarde solo los que se dedican a recordar datos inútiles. Ayer, anónimo ya, Laiseka vio la etapa desde una curva a 250 metros de la meta, entre franceses de esos que gritan "¡oh, la, la!" cuando ven por la pantalla gigante que su adorado Voeckler todo de amarillo toma recta la primera curva en el descenso de la Hourquette d'Ancizan, y aficionados de naranja, los hermanos pequeños, quizás, o los sobrinos de los que se sublimaron con su proeza hace una década, respiran aliviados al ver al suyo caer y botar y dicen, "pero el moscatel se ha levantado rápido". Por allí vio volar, camino de la historia, a su antiguo compañero Samuel Sánchez.

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Al año siguiente, en 2002, cuando debutó en el Tour, Samuel Sánchez, un joven con sueños de gloria, de gestas, de mitos, no pudo apenas oler los Pirineos, sus Pirineos. En la primera etapa de montaña, un encontronazo a la hora de firmar con Pedro Horrillo, que lo recuerda aquí al lado, le provocó un esguince cervical, una mala postura, una mala noche, y un fuera de control el día siguiente, que se llegaba a Plateau de Beille. Se le recuerda ahora al asturiano de naranja, tan feliz a los 33 años, la circunstancia y, acto reflejo, se lleva inmediatamente la mano al cuello. "Qué tiempos", dice. Se le recuerda a Haimar Zubeldia, que corre ahora en el RadioShack, que cuando iba de naranja Euskaltel, en 2003, su director de entonces, Julián Gorospe, les dijo a él y a Iban Mayo, atacantes en el descenso del Tourmalet, que se pararan, que lo importante era no caerse, que no arriesgaran. "Qué tiempos", dice también Zubeldia, que sabe que Samuel ha ganado por fin una etapa en el Tour, su etapa, atacando en el descenso del Tourmalet por Barèges, por donde Indurain subió hace 20 años.

Ignorante aún de que bajando el Tourmalet Gilbert le abriría el camino de la victoria, Samuel, después de recibir en la salida la bendición del patrón Ardanza, el exlehendakari, que siguió la etapa, fue a firmar como una ama de casa a por el pan, en chancletas. Ajeno a lo que le deparará la historia, el campeón olímpico de Pekín, declaró feliz que este, el de Luz Ardiden 2011, era "el día más importante de su carrera". "No me lo creo todavía", dijo. "Ganar una etapa del Tour, ganar en Luz Ardiden, con todo lo que significa, con toda la afición en la cuneta, tiene doble valor. Ha sido un día grande para mí, un día grande para el equipo. Seguiremos día a día, ahora toca celebrar, mañana, ya veremos".

Samuel Sánchez celebra su victoria en Luz Ardiden. Al fondo, Vanendert se resigna, cabizbajo, a la segunda posición.
Samuel Sánchez celebra su victoria en Luz Ardiden. Al fondo, Vanendert se resigna, cabizbajo, a la segunda posición.IAN LANGSDON (EFE)

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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