"Ha sido el peor toro de mi vida"
El torero José Ortega Cano sale del hospital donde ha estado ingresado un mes y medio tras sufrir un accidente de tráfico en el que falleció otro conductor
José Ortega Cano ya está en casa. Después de pasar un mes y medio ingresado en el hospital Virgen Macarena de Sevilla tras sufrir un grave accidente de tráfico (en el que falleció Carlos Parra, el conductor del otro vehículo implicado en el siniestro) el torero abandonó ayer por la mañana el centro hospitalario. Salió en silla de ruedas -ya que todavía no puede sostenerse sobre las piernas-, muy delgado y con el pelo cano.
Emocionado, a la salida del centro hospitalario dedicó unas palabras a los numerosos medios de comunicación que le esperaban. "Ha sido el peor toro de mi vida", dijo Ortega sobre su experiencia del accidente. También quiso dar el pésame a la familia del fallecido Carlos Parra, al que deseó "que Dios lo tenga en un lugar bueno".
El diestro, que ha explicado sentirse "muy dolorido y con pocas fuerzas", también ha querido agradecer la labor del equipo médico que le ha atendido durante los más de 40 días que ha pasado hospitalizado. "Nunca me imaginaba que podía tener ese apoyo, ese ánimo y esa fuerza", relató. Al torero le quedan, sin embargo, largos meses de rehabilitación por delante.
José Ortega Cano tuvo que ser hospitalizado y operado de urgencia la noche del 28 de mayo tras sufrir un grave accidente de tráfico cuando se dirigía hacia la finca La Yerbabuena de Sevilla, donde reside junto a sus dos hijos. Permaneció durante más de un mes en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Virgen Macarena, en estado de coma y con respiración asistida. El 14 de junio, cuando aún estaba en la UCI, tuvo que ser intervenido de un tobillo. El 1 de julio su familia informó de que su estado había mejorado y el diestro pasó a planta.
La familia del torero ha permanecido con él estas semanas, y ayer Ortega quiso agradecérselo, especialmente a su hermano ("Me ha demostrado un cariño auténtico al estar aquí noche y día") y a sus hijos, Gloria Camila, de 15 años, y José Fernando, que acaba de cumplir 18 ("Con la edad que tienen, han demostrado una madurez que no me esperaba").
En el informe remitido por el Instituto Nacional de Toxicología de Sevilla al juzgado que instruye el siniestro el 29 de junio se explica que, en el momento del accidente, José Ortega Cano superaba ampliamente la tasa de alcohol permitida por la legislación de tráfico, ya que conducía con 1,26 gramos de alcohol por litro de sangre, 2,5 veces lo permitido (0,50 gramos por litro de sangre).
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