Condenados a la marginalidad
La Administración, no contenta con la discriminación a la que viene sometiendo a las personas con patología mental desde tiempos inmemorables, sigue haciendo recortes y atrasando pagos a las asociaciones y entidades que se ocupan de hacer el trabajo que el sistema sanitario elude realizar a costa de estas organizaciones.
¿Cómo es posible que una persona con enfermedad mental cobre 347 euros con los que tiene que sobrevivir? Si a esto sumamos la falta de atención adecuada, el resultado es una auténtica tragedia. ¿Cómo se pretende integrar a este colectivo si se le condena a la marginalidad? Es condenarle a vivir en la pobreza, el abandono y a ser discriminados doblemente.
Teniendo en cuenta que una gran parte de las enfermedades mentales, entre ellas la esquizofrenia, sobrevienen en plena adolescencia y sin dar tiempo a la persona a integrarse al mundo laboral, ¿cómo en estos más de 20 años no se ha cambiado esta circunstancia tan dispar entre los que han llegado al mundo laboral y los que, por la enfermedad, no han podido siquiera aspirar a entrar en él?
La sanidad es un derecho constitucional e inherente a la condición de ser humano, y mucho más el derecho a la salud mental. España destaca por violar constantemente los derechos recogidos en la OMS en materia de salud mental. En tiempos de crisis se necesita más que nunca el aumento de la inversión en esta materia, y que lleguen a todas las comunidades los mismos medios por igual sin excepción alguna. No podemos tolerar que haya comunidades en las que el reparto sea desigual y que destaquen precisamente por tener infinidad de carencias de estos servicios, sirva como ejemplo Galicia. Exigimos urgentemente una revisión de estas pensiones y que se les devuelva a estas personas la dignidad que les ha sido negada.
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