Banco de Valencia renuncia a 3,4 millones de euros para ingresar 2,4

La necesidad de liquidez es acuciante en todo tipo de empresas, sociedades y entidades. Prueba de ello es la operación que Banco de Valencia comunicó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La entidad financiera anunció la venta de las 1.748.429 acciones que poseía en Corporación Dermoestética "para obtención de liquidez".

La venta se cerró a un precio de 1,34 euros por acción. La operación supuso un ingreso líquido para Banco de Valencia de algo menos de 2,4 millones de euros. Las acciones de Corporación Dermoestética cotizaban ayer al cierre del mercado continuo a 1,54 euros.

El banco asume una minusvalía de 3,5 millones de euros como resultado de la operación, resultado de la caída de la cotización bursátil de la sociedad. Banco de Valencia intenta justificar que la pérdida "mitiga parte de la plusvalía de 4,2 millones de euros obtenida con el resto de la participación [en Corporación Dermoestética] enajenada en el año 2009".

Las cédulas hipotecarias de la entidad, a un paso del 'bono basura'

Un asesor financiero sugiere que la operación ahorrará al Banco de Valencia una importante cantidad en la cuota correspondiente del impuesto de sociedades. Pero subraya que la venta a pérdidas del 8,7% de Corporación Dermoestética supone una prueba fehaciente de la necesidad de liquidez de la entidad financiera.

Banco de Valencia vendió hace tres semanas su participación en Arcalia, una gestora de patrimonios vinculada a Bancaja, ahora integrada en Bankia. Esa operación, sin embargo, es de otra naturaleza. Banco de Valencia ha optado por controlar Nordkapp, otra gestora de patrimonios que fundó en su día Enrique de Lucas, para ceder su participación en Arcalia a Bancaja. "Un cambio de cromos", comenta un experto, sin mayores contraprestaciones económicas.

El acuerdo incluía, además, la cesión a Nordkapp de "una rama de gestión autónoma de gestión de patrimonios" que controlaba Arcalia.

Banco de Valencia es una de las entidades que no alcanzaba el 8% de core capital, los fondos propios ponderados por riesgo, que el Banco de España decidió exigir a todas las entidades financieras a partir del próximo mes de septiembre, un requerimiento que anticipa dos años las exigencias previstas por la Unión Europea para bancos y cajas a partir de 2013.

La agencia de calificación Moody's cerró el círculo cuando otorgó la nota Baa1 a las cédulas hipotecarias que ha puesto en circulación Banco de Valencia, a un escalón del denominado bono basura. La entidad financiera también comunicó la calificación de su producto a la CNMV.

Baa1 supone atribuir a la emisión de cédulas hipotecarias del banco "calidad satisfactoria", pero "incluye una advertencia de que un cambio de circunstancias puede afectar a la calidad del riesgo".

Banco de Valencia recibió con relativa satisfacción la comunicación porque las acciones de la propia entidad están calificadas a un solo escalón del bono basura. A través de una nota, Banco de Valencia explicó que la calificación de la emisión de cédulas hipotecarias es "la más alta" que puede asignar la agencia en función de la calificación asignada al propio banco emisor.

Banco de Valencia, presidido por José Luis Olivas, vicepresidente de Bankia, solicitó la calificación de Moody's para un programa de emisión de cédulas hipotecarias que, a la postre, persigue recabar liquidez.

La agencia ha otorgado la calificación Baa1, pero bajo supervisión, hecho que indica una posible revisión a la baja en un futuro próximo.

Banco de Valencia asegura que la obtención de la calificación crediticia otorgada por Moody's le permite emitir cédulas hipotecarias "de forma independiente, lo que abre una fuente alternativa de financiación mayorista".