Madrid y Andorra se tienden un puente

A un tiro de piedra del estadio Vicente Calderón, cruza el río Manzanares una pasarela para peatones y bicicletas inspirada en los puentes ferroviarios del siglo XIX. Desde ayer, una placa recuerda a aquellos que la cruzan su nombre oficial, Principado de Andorra, aunque su particular diseño de tres brazos, que al alcalde madrileño, Alberto Ruiz-Gallardón, le trae a la memoria los tres grandes valles del Estado pirenaico, hará difícil que los madrileños olviden el nombre que le dieron cuando aún no tenía otro: "puente de la Y".

Fue un acto político trufado de metáforas y buenas intenciones sirvió ayer para bautizar esta instalación, una de las 17 pasarelas que unen las dos orillas. Está ubicada en una zona arbolada conocida como el Salón de los Pinos. Ideada por los arquitectos responsables de Madrid Río, con la colaboración de los ingenieros Peter Tanner y Juan Luis Bellod, la pasarela conecta las calles de San Ambrosio y San Conrado, en el distrito de Latina, con la calle del Mármol, en Centro. Uno de sus autores, Francisco Burgos, la definía hace tres años como "una gigantesca rama hueca que ha caído sobre el río y permite cruzar por su interior".

El Estado pirenaico dio el nombre de la capital en 2008 a una infraestructura

Su bautismo político permitió al alcalde ayer "poner de manifiesto los estrechos vínculos culturales, sociales y económicos que unen" Madrid y Andorra, así como "su vocación de modernidad y sostenibilidad".

Le escuchaba atento Antoni Martí, jefe del Ejecutivo andorrano, de centro-derecha, y que por la tarde se reunió con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.

En 2008, Andorra bautizó con el nombre de Madrid un puente situado en la entrada de su capital, construido dos años antes. Al bautismo de aquella infraestructura asistió Gallardón, que entonces prometió devolver "ese gesto generoso" poniendo el nombre de Andorra al puente de 274 metros de longitud que desde 2006 enlaza la avenida de la Ilustración con la carretera de Colmenar Viejo, a la sombra de los cuatro rascacielos de la antigua Ciudad Deportiva del Madrid. Gallardón comunicó a la alcaldesa de Andorra la Vieja, Rosa Ferrer, su intención de firmar un convenio de colaboración en materia de medio ambiente, infraestructuras y formación, aprovechando la previsible visita de las autoridades andorranas a Madrid para inaugurar el prometido puente.

Al final, Gallardón eligió otra pasarela más acorde tal vez con el alma pirenaica. Por lo demás, el Ayuntamiento no informó ayer de que aquel convenio se haya materializado.