Mejor político que técnico
Para relevar a la nueva directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, en el Ministerio francés de Economía, el presidente Nicolas Sarkozy ha optado por un perfil más político y menos técnico al nombrar al joven y brillante François Baroin, de 46 años. Considerado el principal heredero político del ex presidente Jacques Chirac, Baroin ocupaba el puesto de titular de Presupuesto y de portavoz del Gobierno desde principios de 2010. Pese a su falta de conocimiento del inglés, un hándicap con vistas a las negociaciones internacionales, gana así el pulso que mantenía por el puesto con el ministro de Agricultura, Bruno Le Maire.
Diplomado por el Instituto Superior de Gestión, François Baroin no ha seguido el recorrido tipo de la clase política francesa. Inició su carrera como periodista en la radio privada Europe1, donde trabajó durante cuatro años. Entró en política 1993 de la mano de Chirac, quien era amigo íntimo de Michel Baroin, padre de François y expresidente de la FNAC. Fue elegido diputado con apenas 28 años, lo cual lo convirtió en el benjamín de la Asamblea Nacional. Dos años después, Chirac le hizo entrar en el Gobierno como secretario de Estado. Pasó por el Ministerio de los Territorios de Ultramar (2005-2007) y, brevemente, por el del Interior. Desde 1995 es también alcalde de Troyes.
Baroin ha ganado la pugna a su amigo y ministro de Agricultura
En marzo de 2010, en un esfuerzo por abrir el Ejecutivo a las diferentes corrientes de su propio partido, la Unión por un Movimiento Popular, incluida la del chiraquismo, Sarkozy le nombró ministro de Presupuesto y portavoz del Gobierno. Ha llevado a cabo la reforma del impuesto de solidaridad sobre la fortuna, un ejercicio complicado que ha realizado evitando grandes sobresaltos, por lo que se ha ganado la confianza del presidente.
Su buena gestión, su discreción y su talento como orador le han convertido así en un peso pesado del nuevo Gobierno de Sarkozy, sin renunciar nunca a su herencia de la era Chirac.
Con fama de ambicioso, pese a su rostro de ángel, Baroin se impone al que era su amigo, al menos hasta la pugna por el ministerio, Bruno Le Maire, otro fiel de Chirac, considerado mejor preparado técnicamente para el puesto. En el proceso, este padre de tres hijos y pareja sentimental de la popular actriz Michèle Laroque se ha forjado una imagen de duro: no habría dudado en amenazar con dimitir si no era nombrado en Economía.
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