El Festival de Itálica repasa su historia

El Festival Internacional de Danza de Itálica estrenará hoy su nueva sede: el teatro romano del Conjunto Arqueológico de Itálica, en Santiponce (Sevilla). Y lo hace con un repaso por los 30 años de historia del festival titulado 23 años de danza y dirigido por José Luis Castro. La cita, que comenzó ayer con un gran espectáculo de calle en Santiponce, se prolongará hasta el día 29.

En la propuesta escénica de Castro, el propio teatro romano y la ménade, imagen del festival, se convierten en hilo conductor de las seis de las coreografías seleccionadas.

"Hemos buscado un lenguaje nuevo, a través del video mapping, en la que el teatro romano entra a formar parte del espectáculo, con un velo de imagen que lo hace mágico para el espectador, y con la ménade, que adquiere la capacidad de transformarse y de bailar, en el cuerpo de la actriz María Cabeza de Vaca", comentó ayer Castro, quien además de director de escena ha estado al frente de los dos principales teatros de la ciudad: el Lope de Vega y el Maestranza.

Urtzi Aramburu, que ha bailado 17 años en el Netherlands Dans Teather y es, actualmente, su repetidor, pasó por Itálica en 1994. Aramburu recreará, junto a Johan Inger, Deja vu, de Hans van Manen, y Passomezzo, de Ohad Naharin. Emio Greco, que mantiene contactos creativos con Sevilla desde 1998, rescata One, pieza que pudo verse en 1999, con una versión de Bolero, de Ravel, que hace Pieter Scholtern.

El sueco Johan Inger, bailarín y coreógrafo del Nederlands Dans Theatre y del Cullberg Ballet, entre otros, es ahora un coreógrafo free lance afincado en Sevilla y promete una "sorpresa dancística" que podría pasar por su vuelta ocasional al baile.

Francisco Lorenzo y Marina Jiménez interpretarán Cor perdut, una coreografía de Nacho Duato -quien se estrenó como director de la Compañía Nacional de Danza en Itálica en 1990-, además de Mi pueblo, mi casa, la soledad..., coreografía del mismo Lorenzo. En el escogido elenco figuran también Astrid Boons y Aram Hasler.