"No me tiro el pisto, ¡he jugado con Di Stéfano!"
A Miguel Ríos aún le queda el verano para seguir cantando. El 17 de septiembre, en Sevilla, se cerrará la Bye Bye Ríos Rock Hasta Final. Un año de gira para celebrar la jubilación del autor del Blues del autobús. La última gira, un canto a la pasión de toda una vida. Pero la jubilación también tiene sus recompensas. "Como ya no tendré bolos, podré ver todos los partidos. Se acabó el miedo a la competencia y a que un Madrid-Barça te fastidie la venta de entradas", dice.
El fútbol quizá es un enemigo para la taquilla, pero nunca lo fue para Miguel Ríos. Más bien, al contrario. Muchas noches, en muchos estadios, el músico se sentía tan cerca de la gloria del rock & roll como de la de una portería: "Es una liturgia parecida. Esa sensación frente al público, que canta y grita tu nombre. He cantado en campos de fútbol soñando que, en vez de dar el do de pecho, estaba metiendo un gol de cabeza. ¡He soñado tantas veces que era jugador de fútbol!". "El fútbol", se justifica, "es el deporte de los niños de los años cuarenta".
"He cantado en campos de fútbol soñando que metía un gol de cabeza"
"Me hice del Madrid por las chapas. Pero era la luz frente a las catacumbas"
"Ahora que vivo en Granada, es una suerte que el equipo haya vuelto a Primera"
Miguel Ríos (Granada, 1944) era de su equipo local, el Granada, pero se hizo del Real Madrid por las chapas: "El hermano mayor de uno de mis mejores amigos de la Placeta se fue, como tantos inmigrantes de entonces, a Barcelona. Nosotros jugábamos a las chapas y mi amigo se hizo del Barça por su hermano y yo, para poder jugar contra él, me hice del Madrid". La futura estrella del rock nacional era entonces más del Granada: "Nací cerca del campo, a cinco minutos andando. Me colaba y alguna vez, cuando el balón se salía fuera de la tapia, a los niños que devolvíamos la pelota nos dejaban entrar gratis. Pero el madridismo era la luz frente a las catacumbas".
Ya en la capital, Ríos se hizo socio de su club. Y de las chapas pasó al carné oficial: "Iba al gimnasio del Real Madrid porque siempre he tenido mucha necesidad de hacer deporte. Tenía tendencia a engordar y, ya se sabe, los rockeros gorditos, no. Así que incluso en los días después de grandes pasotes me machacaba en el gimnasio".
En aquel gimnasio de la vieja ciudad deportiva se forjó un madridismo en el que los ídolos (Puskas, Di Stéfano, Marquitos...) jugaban "pachangas" con los socios: "No me tiro el pisto. ¡Jugué con ellos! Aquello era como volver al colegio. Eran ya los setenta y los viejos jugadores del Madrid iban a la ciudad deportiva y hacían pachangas con algunos socios. Yo iba mucho con mi amigo Félix Ruiz Santamaría. Juntos, habíamos montado un negocio, una panificadora de pan de molde. Tenía mucha disciplina y los preparadores físicos del club me hacían tablas para trabajar todos los días. He hecho muchos sacrificios que parece que van en contra de esa leyenda urbana del sexo, drogas y rock & roll, pero que, en realidad, son necesarios para cumplir con esa misma leyenda".
Pero para Miguel Ríos todo ese mundo se perdió de un brochazo: "Florentino [Pérez] vendió la ciudad deportiva y nos echó a los viejos socios. Este hombre ha errado en todo. Si llevara su empresa como lleva el Madrid, estaría en la ruina. No ha entendido ni lo que son los valores del Madrid ni tiene idea de lo que han significado. El Madrid no ganaba por los títulos. Era un equipo deportivo. Pero Florentino no entiende los valores de la excelencia, sino los del poder y el dinero. Ha puesto la cartera por delante de la cantera".
Cuando el músico perdió un día el carné, se dio en silencio de baja. "Cuando no tenía dinero, iba a los fondos. Luego, tuve mi propio abono. Cuando perdí el carné, ni lo reclamé ni nada. Ya no me interesaba. Antes, hasta te llegaba una felicitación de cumpleaños por parte del club, pero toda esa atención se perdió".
Ahora, en Granada, con su equipo local en Primera de nuevo, las tardes se animarán en Los Cármenes. "Ahora que vivo aquí, es una suerte que vuelva a Primera a pesar del desgaste que es contemplar algunas actitudes de los aficionados". ¿Y cuando llegue el Granada-Madrid? "Yo, siempre con el débil. El Madrid tiene muchos sitios donde golear. Así que, por esa vez, iré con el contrario".
"Fue el Régimen el que se aprovechó del Madrid"
- A Miguel Ríos le molesta
esa identificación histórica
del Real Madrid
con la derecha y la dictadura,
un sanbenito que le irrita:
"El Régimen se aprovechó
del Madrid, no el Madrid
del Régimen. A la dictadura
le venían de miedo los éxitos del equipo madridista
en España y Europa.
Fue un aparato
de propaganda a su pesar.
El Atlético, en cambio, era
el equipo del ejército golpista. Así que no me vengan
con historias. Nadie tiene
un pasado impoluto y nadie pasa el examen democrático
si nos ponemos a revisar
el pasado de cada equipo". Pero, hablando de fútbol
y solo de fútbol, lo tiene
muy claro: "Di Stéfano era
el rey de la galaxia y era un tío muy humilde, un currante.
En el fútbol, el grado
de excelencia lo dan
los propios jugadores.
Le recuerdo el día
del Stade Reims. Era genial.
Yo tuve la suerte de conocer a mis ídolos del No-Do".
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