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Louzán promete pagar en 30 días a los proveedores

El presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, anunció ayer el fin de la era del gasto superfluo. Tras inaugurar 70 campos de hierba artificial en la pasada legislatura y situar el nivel de endeudamiento de la institución en torno al 75% del presupuesto, Louzán apostó, tras ser reelegido formalmente como cabeza del ente provincial, por la "austeridad" como principio rector de su gestión. Reducir los gastos corrientes y rebajar la demora en el pago a los proveedores en 30 días son dos de sus principales objetivos, al que se añade la defensa del rol de las Diputaciones en el entramado institucional. Cuestionarlo, previno, es entrar en "polémicas atropelladas y artificiales".

El acto de constitución de la corporación provincial reunió ayer a los 27 diputados provinciales y a unos 350 invitados, en su gran mayoría cargos del PP y sus familiares. Allí estaban los principales dirigentes del PP pontevedrés, con los conselleiros Alfonso Rueda, Agustín Hernández y Javier Guerra al frente. Pero era el día de Louzán, aclamado a su llegada. El presidente de la Diputación llamó al consenso institucional para un pacto local en Galicia, que defina quién paga, qué y con el dinero de quién lo hace. Las Diputaciones son, defendió, "imprescindibles" porque dan servicios a una población dispersa geográficamente, pero haría falta un nuevo "estatuto del gobierno local" que plantee su "regeneración".

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