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AVE reclama a Camps un Consell capaz de tomar medidas duras

Vicente Boluda: "El nuevo Gobierno debe ser fuerte y muy operativo"

Vicente Boluda, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), un poderoso lobby que agrupa a un centenar de empresas familiares que generan el 27% de la riqueza regional de la Comunidad Valenciana, dejó ayer un recado contundente al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, que ultima la composición de su nuevo equipo Consell. "Como ya dijimos en su momento, lo único que queremos es que nos hagan un Gobierno fuerte", comentó Boluda, "creo que es un momento de tomar decisiones duras e incluso impopulares, pero tenemos que tirar hacia adelante y queremos que nombre un Gobierno que sea operativo".

Boluda participó en una jornada organizada por la Fundación Etnor y la Red Española del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, apoyada por AVE y Bancaja, en la que una cincuentena de empresas valencianas se adhirieron al código ético de gestión responsable que propuso en 1999 el expresidente de la ONU Kofi Annan. "No podemos abdicar de nuestras responsabilidades y con nuestra actitud y comportamiento, por un lado, y con nuestra exigencia hacia los responsables públicos, leal y constructiva, por otro, debemos dar un paso al frente para que la sociedad en su conjunto sepa que puede contar con nosotros", dijo Boluda en sus palabras de bienvenida al acto.

La responsabilidad social de la empresa nació a raíz del escándalo Watergate

Inmediatamente después, en los pasillos, el presidente de AVE comentó las medidas de austeridad expuestas por Francisco Camps a lo largo de su intervención en el debate de investidura, el jueves pasado en las Cortes. "Las propuestas son fenomenales, pero esto es como Santo Tomás, hay que meter el dedo en la llaga, porque muchas veces hay cosas que se pueden hacer y otras, que no".

En una mesa redonda posterior, en la que participaba Francisco Pons, expresidente de AVE, el grupo empresarial redondeó sus exigencias al presidente de la Generalitat. "Es imprescindible trasladar a la sociedad un ambiente de más transparencia, que hace falta; de más democracia, que hace falta; de más igualdad, que hace falta; y de más justicia".

La adhesión de 51 empresas y entidades valencianas al Pacto Mundial de Naciones Unidas puso fondo a las exigencias de los empresarios. Empresas como Mercadona, Cleop o Pavasal, y entidades como la Autoridad Portuaria de Valencia o la propia AVE, asumieron el compromiso público de cumplir con una decena de buenas prácticas relacionadas con el respeto de los derechos humanos, los derechos laborales, una gestión ambiental responsable y la lucha contra la corrupción, incluyendo el soborno y la extorsión.

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El compromiso público supone asumir una suerte de auditoría anual para constatar el progreso de las empresas y entidades vinculadas a la red mundial denominada Global Compact que pretende extender las buenas prácticas y la gestión responsable en todos los ámbitos de la sociedad. Kofi Annan, el impulsor de Global Compact, ilustró su propuesta en el Foro de Davos con una frase muy ilustrativa: "Elijamos unir el poder de los mercados con la autoridad de los ideales más universales".

Cerca de 9.000 empresas y entidades de todo el mundo han asumido el compromiso de respetar los valores más universales en sus relaciones con clientes, empleados o proveedores. En España, el número de adhesiones a Global Compact es sorprendente elevado. Han firmado el compromiso 1.276 empresas y entidades.Isabel Garro, directora de la Red Española del Pacto Mundial, detalló que 102 de las entidades adheridas a Global Compact son valencianas. Ayer, con la incorporación de otras 51, los firmantes se elevan a 153, el tercer número más alto por comunidades autónomas.

La mayoría de las empresas vinculadas en toda España son pequeñas y medianas, un 59%, un reflejo del tejido industrial. También se han adherido 263 grandes empresas y 264 entidades de todo tipo y sociedades cooperativas.

Adela Cortina, catedrática de Ética y directora de la Fundación Etnor para la Ética en los Negocios, ilustró a los participantes sobre el origen de la noción de responsabilidad social corporativa. "La ética en la empresa nace a raíz del escándalo Watergate", que le costó la presidencia de Estados Unidos a Richard Nixon por utilizar medios del Estado para espiar al Partido Demócrata y captar fondos para su campaña de forma irregular. "Los americanos sufrieron una gran conmoción al descubrir que el presidente había mentido. Cuando no hay confianza en los poderes, en las instituciones, un país no funciona. Y las grandes empresas se dieron cuenta de que había que ofrecer razones para la confianza. Era un momento, en la década de los setenta, en que se produjo una pérdida de fuerza de las ideologías en favor de las buenas prácticas, porque es fácil ponerse de acuerdo en qué son buenas prácticas. Y se cambió la concepción de la empresa. De máquinas de hacer dinero las empresas pasaron a producir riqueza material e inmaterial, y buen hacer. Porque cuando una empresa funciona éticamente, se unen lo justo y lo necesario, que diría Aristóteles. Las empresas éticas son más rentables, más fiables y más sostenibles. Es rentable vincular la virtud a la cuenta de resultados".

Durante su breve intervención previa, Boluda ofreció su propio dictamen sobre la crisis económica actual: "Han primado muchas cosas sobre la ética y ahora lo estamos pagando".

Tres socios de AVE y la directora de responsabilidad social corporativa de Bancaja participaron en una mesa redonda posterior para exponer su experiencia como socios de Global Compact desde hace años. Bancaja se adhirió al compromiso por decisión unánime de su consejo de administración en diciembre de 2004. "Hemos elaborado unidades didácticas para explicar su contenido a los empleados; hemos diseñado nuestra política ambiental de acuerdo con el pacto; incluso hemos destinado los fondos del plan de pensiones de los empleados de Bancaja a inversiones socialmente responsables", explicó Isabel Rubio León.

Francisco Pons, presidente de Importaco, una empresa que desde hace 40 años compra su materia prima, frutos secos, en países como la India o China, explicó como siempre exigió la máxima calidad a sus proveedores y les forzó a mejorar sus industrias a través de auditorías de calidad.

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