El alma comercial de Bilbao
La Fundación Leizaola organiza visitas a los negocios históricos de la capital vizcaína - Busca poner en valor estas 'joyas' centenarias
Los centros comerciales y las grandes cadenas de ropa y otros productos amenazan seriamente a las pequeñas tiendas tradicionales. En el Casco Viejo de Bilbao hay un puñado de establecimientos históricos que la Fundación Leizaola, en colaboración con el área de Cultura del Ayuntamiento de la villa y Cafés de Bilbao están decididos a "poner en valor" estas joyas centenarias. Para ello organizan periódicamente visitas guiadas y gratuitas de hora y media por los rincones más emblemáticos de la ciudad que están abiertas a todo el que quiera profundizar en los orígenes de la villa.
El recorrido comenzó ayer en la plaza del teatro Arriaga, estilo "ópera de París", que "los bilbaínos denominaron Casa de Maternidad por las formas voluptuosas que sujetan los balcones", explicó el guía, Luis Mariano Junquera. Tras detallar algunos aspectos de la vida y obra del compositor Juan Crisóstomo Arriaga, "nuestro Mozart", Junquera propuso empezar la visita "jugando" en Loterías Azkarreta, fundada en 1914. La dueña del histórico negocio, Asun Azkarreta, respondió a las preguntas del heterogéneo grupo, formado por media docena de personas procedentes de San Sebastián, Asturias y hasta de la República Dominicana, como la joven Maritza Tavárez, que está de vacaciones en Bilbao y acudió a la cita con su hija Maya, de 14 meses. Entre otras curiosidades Azkarreta comentó que en las navidades de 1983, tras las graves inundaciones que sufrió la villa, el Gordo cayó en Bilbao.
El recorrido arranca en la plaza del Arriaga y culmina con un talo en La Granja
La sombrerería Gorostiaga y Loterías Azkarreta son paradas obligadas
Tras una breve parada en la biblioteca municipal Bidebarrieta y un repaso por los trabajos del arquitecto Severino de Achúcarro (1841-1910), Junquera llevó al grupo a la Sombrerería Gorostiaga, fundada en 1857 por Fructuoso Gorostiaga. La tienda vivió su época de esplendor cuando la gente "podía llevar txapela y no le preguntaban si se había jubilado", bromeó el guía. Emilio Pirla, actual gestor del negocio junto a su hermano Iñaki, explicó que en la época en la que era habitual "ir vestido de pies a cabeza" el establecimiento tenía a los clientes registrados con fichas en las que se detallaba la "forma del cráneo del cliente y sus gustos de invierno y verano".
La siguiente parada fue la emblemática tienda de ropa de hogar Pedro Salcedo, que en 1997 cumplió 100 años. Allí, uno de sus responsables, Tomás Barreda, advirtió de que el oficio "se acabará perdiendo" porque no hay relevo generacional. A los visitantes les sorprendió saber que el establecimiento ocupa cinco plantas del edificio donde se ubica, en la calle Tendería.
Una vez vista la Plaza Nueva, cuya quinta salida a la calle Correo "fue creada después de que le cayera una bomba durante la guerra civil", según Junquera, el grupo acudió al café Iruña y más tarde a La Granja, donde disfrutaron de un sabroso talo con chorizo. El 28 de junio a las 19.00 tendrá lugar la próxima visita.
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