Del triciclo al neumático a medida
Creadas como una simple carcasa, las ruedas han evolucionado en su composición y variedad
Cuando se anunció que Pirelli regresaba al Campeonato del Mundo de fórmula 1 como suministrador único de neumáticos, a muchos se les erizó el pelo. Sin embargo, la opinión de la mayoría ha cambiado por completo siete carreras después, al comprobar que la entrada en escena de la marca italiana y los nuevos compuestos han zarandeado un certamen que comenzaba a ser peligrosamente predecible y monótono. Siguiendo los consejos de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), Pirelli ha construido una tipología de gomas con una naturaleza muy diferenciada entre las unas y las otras, de forma que el abanico de posibles estrategias al alcance de los equipos ha crecido exponencialmente, circunstancia que ha hecho que las pruebas ganen vistosidad.
Entre los primeros compuestos y los actuales solo hay una semejanza: el color
Las fábricas crearon unas fibras que se entrelazan y refuerzan la estructura
Este nivel de precisión a la hora de definir las prestaciones de un neumático en su proceso de fabricación no tiene nada que ver con el que había hace medio siglo. La única semejanza entre las gomas de carreras de entonces y las de hoy en día era únicamente el color.
Han pasado más de 120 años desde que John Boyd Dunlop se inventó un sistema, en 1887, para que su hijo de nueve años fuera más cómodo en su triciclo. Lo que hizo Dunlop fue cubrir la llanta con un tubo de goma hueco que, en contacto con el asfalto, suavizaba las irregularidades del terreno. A partir de esa idea, evolucionada, nacen los primeros neumáticos.
En la década de los años cincuenta, los coches de carreras no tenían tan desarrollado el componente aerodinámico, derivaban de los de calle, y lo mismo ocurría con los neumáticos, cuya construcción se limitaba a la carcasa y la goma, sin las fibras entrelazadas que actúan como esqueleto en los de hoy en día. Eran muy estrechos y de perfil muy alto, y eso limitaba mucho la superficie de contacto con el asfalto. "Su estabilidad lateral era muy limitada, y con el paso de los años, a partir de la década de los setenta, comenzaron a ensancharse", explica Maurizio Boiocchi, responsable de investigación y desarrollo de Pirelli.
Fue entonces cuando los fabricantes comenzaron a tener conciencia de que los bólidos de competición precisaban de unos neumáticos específicos que ofrecieran mayor sensibilidad y agarre. Es el momento en que nacen los neumáticos slick (lisos), cuya principal ventaja era el aumento de la banda de rodadura y el consecuente aumento de adherencia.
Justo entonces, las fábricas también comienzan a desarrollar una especia de fibras que se entrelazaban y unían la carcasa con la banda de rodadura, en una estructura mucho más sólida y que ha ido perfeccionándose hasta ahora. La mezcla, por su parte, también ha experimentado una evolución permanente a lo largo de los años. Todo para mejorar las prestaciones de los bólidos, aumentar la seguridad y la velocidad de los monoplazas.
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