El Canòdrom necesita 3,3 millones de euros para arrancar
El director Moritz Küng baraja la Mercè de 2012 para la inauguración
"Antes de agosto se acabará la segunda fase, la de los interiores fijos. Para la tercera -mobiliario e instalaciones museográficas-, lo ideal serían 1.600.000 euros, pero podemos recortar 300.000 euros. Para el funcionamiento y programación del Canòdrom y La Capella [la sala avanzadilla en el Raval] se necesitan unos dos millones anuales. Podríamos inaugurar para la Mercè de 2012". Así de rotundo se muestra Moritz Küng, director en funciones del Canòdrom, el centro de arte de Barcelona surgido de las presiones del sector artístico a raíz de la reconversión del Centre d'Art Santa Mònica. Tras un largo silencio, Küng, elegido a través de un concurso en octubre 2009, se ha decidido a hablar. "No voy a dejarlo. Mientras me paguen, me quedaré hasta el infinito, porque creo en el potencial de este proyecto", asegura Küng, en un excelente español al que ha contribuido su mujer, la artista Dora García.
"Creo que el Canòdrom podría convertirse en un nuevo icono de Barcelona. Dejar el empeño cuando ya se han gastado 4, 5 millones de euros y falta ya solo una quinta parte del total, sería negativo para el sector y para la ciudad, pondría en duda la credibilidad política de Cataluña y sería un ejemplo de mal gobierno", lanza Küng. En el baile de cifras que envuelve el proyecto, el director en funciones desmiente que existan 700.000 euros del centro congelados en el Macba, el museo que gestiona provisionalmente el Canòdrom desde enero por la inexistencia de un consorcio y el rechazo del nuevo Gobierno de CiU a crear uno.
A pesar de que Francesc Guardans, presidente del Conca (Consejol Nacional de la Cultura y de las Artes), el organismo del cual dependía entonces, anunció la apertura del centro a finales de 2010, desde que Küng llegó a Barcelona, en septiembre de ese año, ha estado en barbecho, a la espera de que se despejara el mapa político.
Así, Küng admite que se ha reunido con el consejero de Cultura, Ferran Mascarell -"el primer político que me dio la sensación de pensar a largo plazo"-, y con Jaume Ciurana, el previsible nuevo concejal de Cultura de Barcelona, antes de las elecciones municipales. Incluso mantuvo un tercer encuentro con ambos a la vez.
El programa del Canòdrom, "con propuestas diversas según el dinero disponible", se centrará en la producción y la introducción de la creación local en el circuito internacional. La muestra inaugural reunirá obras infraestructurales, es decir, piezas site-specific, que tienen una función arquitectónica o logística, más allá del impacto estético y conceptual. "Quiero presentar el edificio y sus cualidades a través de las obras. En cambio, en La Capella daré el control a los artistas". ¿Trabajaría solo en La Capella a la espera del Canòdrom? "Son partes de un mismo cuerpo, pero podría considerarlo provisionalmente".
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