"Querría abrazar a cada aficionado"

La entrega de la afición bilbaína y su desbordante y contagiosa alegría llegó al corazón del entrenador del Bizkaia, el griego Fotis Katsikaris. "Si pudiera abrazar a cada uno de los aficionados, lo haría aunque me llevara tres días", dijo emocionado. "Me faltan las palabras", abundó en la comparecencia posterior ante los medios de comunicación.

"Ha tenido mérito ganar así. El Madrid ha salido más duro que los otros días. Se ha defendido bien y ha hecho un buen trabajo bajo el aro", apuntó Katsikaris, que, pese a la gesta, insistió en que su mayor orgullo es haber conseguido "un buen equipo humana y profesionalmente".

La cara opuesta la mostró su homólogo madridista, Emanuele Molin, quien no ocultó su decepción. En cualquier caso, consideró que la temporada "no solo ha tenido cosas malas, sino también buenas". "Ha sido una mezcla. No quiero hacer un balance ahora para no ser negativo. Me queda la pena de no haber podido disputar la tercera final consecutiva, pero también la esperanza de que este equipo nuestro tiene futuro", apuntó.

Para el italiano, el choque de anoche evidenció "más equilibrio entre ambos cuadros" que los dos anteriores, por lo que no culpabilizó al suyo, sino que elogió "la valentía" del vencedor en todo momento y su gran "deseo" de llegar a la final.

Entre los jugadores blancos, Sergio Rodríguez tampoco dudó en calificar al Bizkaia como "el mejor" en esta eliminatoria.

Katsikaris también comentó que una de las claves fue que su vestuario estuvo "muy controlado". Es decir, que los jugadores con más experiencia ayudaron al resto y la cohesión entre todos fue absoluta. Después recalcó que la cuestión no fue lo "mal" que pudiera haber estado el Madrid, sino lo "bien" que habían estado los suyos.

Respecto a la final, en la que deberán enfrentarse al Barcelona, Katsikaris fue prudente. "Vamos a competir", zanjó. Pero enseguida matizó: "Es bueno que un equipo modesto como el nuestro llegue al duelo decisivo".