Dos incógnitas sobre el futuro de EB
El sentido de sus votos en Álava y, sobre todo, el descenlace de la guerra interna en torno al censo de afiliados marcarán el rumbo de la formación
Todos los implicados tienen más preguntas que respuestas sobre el futuro de Ezker Batua (EB). Ni siquiera sus máximos dirigentes saben qué ocurrirá a ciencia cierta con la organización en los próximos meses. Dos cuestiones marcarán sin duda el rumbo del barco. La primera es la batalla interna entre los dos sectores, el liderado por el antiguo coordinador general, Javier Madrazo, y el de su sucesor, Mikel Arana, por el control del censo de afiliados de cara a una asamblea extraordinaria. La segunda serán las exigencias que pondrán sobre la mesa sus dos representantes en las Juntas Generales de Álava para apoyar la reelección del peneuvista Xabier Agirre al frente de la Diputación. Ambas son de la máxima confianza de Madrazo, que controla la organización en el territorio y ha delegado en la exparlamentaria Kontxi Bilbao las negociaciones con otros partidos.
EB solo logró salvar los muebles en Álava, el territorio menos nacionalista
Cada sector sigue teniendo sus propios Consejo Político y Presidencia
Los dos sectores intentan mantener las apariencias de cara a la opinión pública para mitigar el desgaste, pero la realidad es que cada uno mantiene su propio Consejo Político y su Presidencia sin reconocer al otro. El de Madrazo tiene a su favor que los poderes notariales le otorgan el control de la organización desde el punto de vista legal, mientras que la corriente de Arana, que incluye a los comunistas del EPK y al sector crítico, cuentan con el apoyo de la dirección federal de IU, su principal baza. Fuentes de esta corriente recalcan que la Junta Electoral Central reconoció que IU representaba también a EB. Arana tiene además a su favor que una de las principales fuentes de ingresos de la organización, que ha perdido toda su representación en las Juntas de Vizcaya y Guipúzcoa, así como en las tres capitales, son sus propios ingresos como parlamentario.
Nadie puede descartar hoy por hoy un escenario de escisión, después de que los aranistas anunciaran el comienzo del proceso de reafiliación, advirtiendo que quien no participe en el mismo quedará "fuera" de la organización. Este sector busca que el censo sea controlado por un organismo externo dependiente de la dirección federal de IU. En paralelo, el sector de Madrazo ha hecho caso omiso de la amenaza y el pasado viernes dio en un Consejo Político los primeros pasos para convocar una asamblea.
Tampoco está claro cuál es la estrategia a largo plazo de los fieles a Madrazo, rostro visible del acercamiento al nacionalismo que cristalizó con la entrada de EB en el tripartito de Ibarretxe. En todo caso, habrán tomado nota de que sus excompañeros de Alternatiba ocupan ya el espacio de izquierda radical cercana al nacionalismo en Bildu y de que EB solo ha logrado salvar los muebles en el territorio menos nacionalista. En su blog (javiermadrazo.wordpress.com), el excoordinador general no enseña todas sus cartas. Por un lado, sostuvo que "el movimiento 15-M pone de manifiesto que hay lugar para una izquierda no independentista en Euskadi". Dos días después, salió en defensa de su participación en el tripartito: "Ningún otro ejecutivo del Estado, ni del País Vasco ha tenido jamás un compromiso mayor por liderar políticas de progreso".
De momento, EB de Álava sigue escuchando ofertas. Actualmente es difícil de imaginar una postura que entregue la makila foral al aspirante popular, Javier de Andrés, ganador de las elecciones, por lo que las amenazas lanzadas al PNV para que mueva ficha y llegue a un acuerdo programático parecen más bien parte del ritual previo a la negociación. La elección de los cinco representantes en la Mesa de las Juntas, donde EB podría reclamar un puesto, será uno de los primeros indicadores del estado de la cuestión.
Las declaraciones públicas de ambos sectores sobre lo que ocurrirá en Álava no se contradicen, aunque Arana ha dicho que el compromiso de IU de no favorecer "ni por activa ni por pasiva" gobiernos del PP les compromete, mientras que Bilbao recalcó que EB de Álava tiene "las manos libres" para hacer lo que sus militantes vean oportuno.
"[Queremos] alcanzar un acuerdo programático con el PNV" para que Xabier Agirre sea reelegido, sostuvo ayer Arana en Radio Popular. Sin embargo, también retomó la advertencia pronunciada por Bilbao la víspera: si no hay acuerdo, votarán a su candidata, Nerea Gálvez.
¿Estaría EB dispuesta a entrar en un eventual Ejecutivo foral con el PNV y Bildu? "No estamos pensando, ni muchísimo menos en entrar en un Gobierno foral", con dos junteros, respondió Arana. Pero, a continuación, añadió: "Ellos verán; ellos serán quienes decidan si, finalmente, quieren o no quieren".
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