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Crítica:ÓPERA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Contar una historia

El IV Festival del Mediterrani se abrió con una producción de Tosca muy modesta en el aspecto escénico, algo que no cabe criticar en los tiempos que corren. Sobre todo si funciona, como esta, con una eficacia sencilla, especialmente en los actos primero y tercero. En el segundo, la dirección de actores hubiera podido mejorarse bastante. La ubicación de la cámara de torturas bajo la mesa resultó, también, más chocante que ingeniosa. Con todo, la música de Puccini, si no realzada, tampoco resultó entorpecida. Y ese es el primero de los mandamientos que debieran imponerse los directores de escena.

Marcelo Álvarez hizo un Cavaradossi muy irregular. Partiendo de una Recondita armonia cantada con poco refinamiento, desembocó en un emocionantísimo Adiós a la vida. La voz, muy hermosa en todos los registros, sufre de vez en cuando repentinos quiebros y tiranteces que deslucen su esmalte natural. Oksana Dyka planteó una Tosca potente y dramática, pero se olvidó a menudo del otro componente imprescindible en Puccini: iluminar con la emisión y el fraseo la ondulante belleza melódica de su música. En la conjunción de ambos aspectos reside, desde luego, una de las mayores dificultades que presenta el compositor de Lucca. Bryn Terfel dibujó un Scarpia monolítico, en el que no cabía ninguna clase de sentimiento humano, ni siquiera los más perversos: solo era una máquina de hacer daño. Emilio Sánchez, Mika Kares y Fabio Previati sirvieron muy bien a sus respectivos personajes.

TOSCA

De Giacomo Puccini. Solistas: Oksana Dyka, Marcelo Álvarez, Bryn Terfel, Mika Kares, Emilio Sánchez, Fabio Previati, Aldo Heo, Gianluca Burato, Salvador Belda. Coro y Orquesta de la Comunidad Valenciana. Escolania de la Mare de Déu dels Desemparats. Dirección musical: Zubin Mehta. Dirección de escena: Jean-Louis Grinda. Palau de les Arts. Valencia, 31 de mayo de 2011.

Pero lo mejor de la noche fue, como casi siempre que tiene a un buen director delante, la Orquesta de la Comunidad Valenciana. ¡Cómo supo llorar, mientras Scarpia redactaba los falsos salvoconductos, anticipando el dolor que sufriría Tosca! ¡Y con qué nobleza abordó, antes de que lo hiciera el tenor, la música del Adiós a la vida! Mehta es un gran narrador, inteligente y sensible. Sabe contar una historia. Junto a él, la agrupación del Palau de les Arts no solo acolcha a las voces, y no solo colorea los ambientes, sino que va prefigurando y describiendo, de alguna manera, los acontecimientos. Lo hace, además, con sencillez, pulcritud y emoción. Habrá que cruzar los dedos para que no se la lleven por delante.

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