El mejor festival de Torroella de los últimos años
Destacan el pianista Grygory Sokolov y la contralto Nathalie Stutzmann
No hay crisis para el Festival de Músiques de Torroella de Montgrí (Baix Empordà), uno de los acontecimientos musicales estratégicos para la Generalitat. El cartel de la edición de este año, que se celebrará entre el 30 de julio y el 26 de agosto, es excepcional, especialmente en lo que se refiere a las figuras solistas. No faltarán tres grandes pianistas, nombres casi míticos como los de Grygory Sokolov, Joaquín Achúcarro y la germano-japonesa Alice Sara Ott.
La invitada especial de este año es la contralto francesa Nathalie Stutzmann, que actuará en dos conciertos: en el primero, en su doble faceta de directora y cantante, con el programa titulado Prima donna, dirigiendo su orquesta barroca, Orfeo 55. El segundo, acompañada por la pianista Inger Södergren, consistirá en el ciclo Viaje de invierno, de Franz Schubert.
En el cartel sobresalen nombres como Jan Garbarek y Philippe Jaroussky
La voz de Stutzmann no estará sola en Torroella. Magdalena Kozena, acompañada por el pianista Yefim Bronfman, cantará obras de Mussorgski, Shostakóvich, Ravel, Rachmáninov y Bartók. Una de las actuaciones más esperadas es la del espectacular contratenor Philippe Jaroussky, dispuesto a demostrar que su repertorio no se limita a la música antigua, que le ha hecho famoso con sus grabaciones. Acompañado por el pianista Jerôme Ducros y el violonchelista Gautier Capuçon, ofrecerá un programa romántico y del siglo XX con obras de Saint-Saëns, Fauré, Hahn, Albéniz y Debussy, entre otros. Además, la conocida soprano María Bayo presentará una producción con la Academia 1750 en torno a la música vocal religiosa de la primera mitad del XVIII, bajo la dirección de Stefano Demicheli.
El cartel rebosa talento, como demuestra la incorporación del saxofonista noruego Jan Garbarek, que en esta ocasión actuará con el cuarteto vocal de música antigua The Hilliard Ensemble. A través de la influencia de las músicas medievales del Cáucaso, el canto bizantino, la obra del compositor estonio Arvo Pärt y las aportaciones del propio Garbarek, Officium Novum es una de las más exquisitas muestras del diálogo entre todos los géneros y las distintas culturas musicales.
Si alguna misa ocupa un espacio central en el canon es la Misa en si menor de Johann Sebastian Bach, que interpretará el Dunedin Consort & Players dirigido por John Butt, uno de los mejores conjuntos especializados en Bach que han aparecido en el panorama europeo en los últimos años. Otra misa, la de Réquiem de Joan Cererols (1618-1680), se interpretará en memoria de Ernest Lluch. Se trata de una obra que representa uno de los paradigmas más bellos del patrimonio musical catalán. Algunos musicólogos, incluso, apuntan que el propio Bach conoció algunas obras de Joan Cererols.
En la presentación del festival, su director, Oriol Pérez, destacó que este tiene cuatro ejes básicos: producir contenidos y no solo contratar artistas, recoger el patrimonio cultural y el legado musical catalán, prescribir la excelencia potenciando la disciplina y la tenacidad, y encontrar nuevas formulaciones de la música clásica.
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