Otro golpe de mar mortal 20 años después

"El chaval ya pasó la infancia jodido por lo del padre, y ahora esto", murmuraba en el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña una de las vecinas que consolaban a los familiares de los tripulantes Nuevo Luz, el pesquero de Malpica que naufragó en la madrugada de ayer en la costa coruñesa. El chaval es el patrón del barco, Marcos Alfeirán, de 28 años, que tenía nueve cuando su padre y uno de sus hermanos mayores fallecieron al hundirse en la misma zona el barco de la familia, Os Tonechos, con sus nueve tripulantes, en octubre de 1991. Alfeirán, uno de los cuatro supervivientes ayer, ha tenido más suerte que dos de sus marineros, José Enrique Carril Rojo, de 46 años y Santiago Manuel Varela Veiga, de 41, con dos hijos de 19 y 12 años, que había vuelto al mar tras superar una grave enfermedad y no encontrar trabajo en la construcción, sector en el que se había ocupado últimamente. La madre de Santiago Varela, después de deshacerse en lágrimas en los brazos de la vecina, apenas fue capaz de subir al coche de un pariente que le llevó al tanatorio de Malpica, en donde estaban los restos de su hijo.

En el siniestro de 'Os Tonechos', el patrón perdió a su padre y a un hermano

El Nuevo Luz, un barco de madera de 15 metros y 22 años de antigüedad, que pescaba al cerco sardina y jurel, naufragó a unas ocho millas al oeste de A Coruña, y a dos al norte de Punta Langosteira. Había zarpado de Malpica, su puerto base, antes del anochecer del pasado jueves, con fuerte viento nordeste y olas de unos tres metros. De vuelta, después de descargar en el puerto coruñés, lanzaron de nuevo las redes al localizar un banco de caballa. Eran poco antes de las siete de la mañana, según la señal de alarma que lanzó la radiobaliza y que captó Salvamento Marítimo. Los servicios de rescate intentaron confirmar la alerta, sin resultado, y después emitieron un aviso a los pesqueros de la zona.

La lancha de Salvamento Guardamar Concepción Arenal? enviada hacia la zona del naufragio con el helicóptero Helimer 211, recogió a dos tripulantes que estaban en una balsa salvavidas. Los otros dos supervivientes fueron rescatados por los pesqueros Borrasca Primero y Ribeira Tercero. Una tercera embarcación, el Martín Daniel, recuperó los cuerpos de los dos fallecidos. Todos estaban en las inmediaciones de la zona del naufragio, en la que flotaba el aparejo de cerco y una estela de gasoil, según el patrón del Martín Daniel, Jesús Domínguez, que afirmó que Salvamento Marítimo les había señalado mal el lugar. "Nos habían indicado dos millas al noroeste de la Torre [de Hércules] y eran dos millas al oeste. Debimos de andar media hora al revés, que pudieron ser decisivas para el rescate", declaró Domínguez a la Radio Galega. Salvamento Marítimo desmintió que hubiese indicado mal la situación. "Se facilitaron las coordenadas que señaló la radiobaliza, y todavía es pronto para saber si hubo un fallo en este sistema", aseguró el delegado del Gobierno, Miguel Cortizo.

Los supervivientes, además del patrón, son José Fernando Garrido Varela, Alberto Antonio Costa Añón y Manuel Garrido Ourens, todos entre los 30 y los 53 años. Ingresaron ya conscientes, orientados y sin los síntomas de hipotermia que tenían al ser desembarcados, según el parte médico. Fernando Garrido fue ya dado de alta y los otros tres la recibirán previsiblemente hoy. "Están muy afectados", señaló, visiblemente conmocionada la conselleira de Mar, Rosa Quintana, que los visitó en el hospital. El más emocionado era el futuro alcalde de A Coruña, Carlos Negreira: "Son unos chavales, compañeros de mi hija".

Quintana contó que Marcos Alfeirán le había pedido que su departamento siguiese haciendo cursos de supervivencia para marineros. "Están vivos gracias a eso, a que tuvieron la tranquilidad de esperar a que se activase la lancha salvavidas y aguantar la presión psicológica del momento", transmitió la conselleira. Sin embargo, al menos uno de los fallecidos, Santiago Varela, no sabía nadar. Sus cuerpos pudieron ser localizados a flote porque lograron amarrarse a una boya. Salvamento Marítimo investigará las causas del accidente, del que los afectados sólo pudieron precisar que "fue muy rápido" y lo atribuyeron a un golpe de mar. Algunos de los marineros presentes en el tanatorio de Malpica sopesaban como causa una fatal combinación entre el empuje del banco de peces y el oleaje. Los dos fallecidos serán enterrados hoy en las parroquias de Seixas y Beo.