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Las consecuencias del 22-M

El PP ofrece a socialistas y PNV un 'pacto de Estado' para frenar a Bildu

Los populares rechazarán un acuerdo que les excluya en Guipúzcoa

Javier Rivas

"En un escenario excepcional hacen falta acuerdos excepcionales de altura". La frase de un destacado dirigente territorial popular resume el planteamiento por el que el PP ha decidido mover ya ficha con los resultados del 22-M en la mano y poner sobre la mesa una oferta de pacto de Estado al PNV y a los socialistas con tres objetivos: la estabilidad y "tranquilidad" institucional, la exigencia democrática frente a ETA y la creación de empleo.

Cuando el número dos de los populares vascos, Iñaki Oyarzábal, expuso ayer la propuesta en una rueda de prensa en Vitoria no citó por su nombre a Bildu, pero el principal objetivo es claro: impedir el acceso de la coalición abertzale a las dos mayores instituciones en que podría gobernar: la Diputación guipuzcoana y el Ayuntamiento donostiarra. Así, el muestrario de argumentos que ofreció incidieron en la necesidad de sacar adelante "los grandes proyectos de desarrollo que necesita este país", completar las infraestructuras en marcha u ofrecer a los empresarios la confianza precisa para salir de la crisis, en especial a unas pymes que "en este momento, sobre todo en Guipúzcoa, ven un futuro cargado de incertidumbre".

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Y, por si no estaba claro, Oyarzábal recalcó después a preguntas de los periodistas que las instituciones no pueden "quedar al pairo de los más radicales de este país que quieren parar el progreso". Los populares ni siquiera se sentarán a hablar con Bildu.

El PP vasco, que reunió ayer en Vitoria a su Junta Directiva Regional, el máximo órgano entre congresos, plantean su oferta con un ámbito global para toda Euskadi, de forma que respaldarían que el PNV siguiera gobernando en Guipúzcoa y los socialistas en San Sebastián, mientras recibirían el apoyo de ambos en la Diputación alavesa. Esos serían los pilares, pero el acuerdo sería ampliable a otros consistorios.

El PP guipuzcoano ha defendido desde el primer momento ese gran pacto a tres bandas frente a Bildu, mientras otros dirigentes populares optaban inicialmente por aguardar a que el PNV mostrase si sus cartas eran "la moderación o la radicalidad". Para los populares guipuzcoanos esta resulta una apuesta estratégica, de forma que no van a aceptar un acuerdo entre peneuvistas y socialistas que no contase con ellos y en el que ambos diesen por sentado que el PP al final se sumaría sin más para frenar a los independentistas. Ante esa posibilidad teórica, los populares guipuzcoanos, y en esto cuentan con el pleno respaldo de la ejecutiva vasca, se muestran dispuestos a presentar a sus propios candidatos tanto en la institución foral como en el consistorio, según las fuentes informantes. "No podríamos tolerar que el partido en Guipúzcoa quedase una vez más como un apestado", añaden.

Estos medios recuerdan que un pacto a tres bandas ya tienen antecedentes: Odón Elorza llegó a la alcaldía donostiarra en 1991 con los votos de peneuvistas y populares, cuando el ganador de las municipales de ese año había sido EA.

El PP quiere además que, al menos en ambas instituciones guipuzcoanas, el acuerdo se traduzca en compartir responsabilidades en la gestión, distribuidas de forma equilibrada en función de los resultados que han obtenido las tres formaciones en cada una de ellas.

La negociación de los acuerdos queda en manos de la ejecutiva vasca popular al igual que van a hacer los socialistas, lo que debería engrasar la posibilidad de un acuerdo al menos en torno a la Diputación alavesa.

Los contactos telefónicos y personales para desbrozar los acuerdos ya se han iniciado, todavía en un estado preliminar. De hecho, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, ya ha hablado con su homólogo peneuvista, Iñigo Urkullu, si bien sin pasar más allá de felicitarse por sus respectivos resultados en Vizcaya y Álava y emplazarse a seguir hablando, según fuentes populares. Altos responsables socialistas y populares también han analizado el escenario que se abre a partir de ahora.

Aplausos para dos vencedores

Los miembros de la Junta Directiva del PP, reunidos para analizar los resultados del 22-M, dedicaron un largo aplauso a sus dos principales ganadores en las elecciones del domingo: los candidatos a la Diputación alavesa, Javier de Andrés, y el Ayuntamiento de Vitoria, Javier Maroto. Los resultados de ambos han servido para que el PP se mantenga, incluso con una ligera subida, sobre los resultados de las autonómicas de 2009 y que, sobre todo, acaricie el poder en sus dos objetivos mayores el 22-M.

El PP "ni se plantea" que los socialistas vuelvan a negarles su apoyo para gobernar en Álava como sucedió en 2007, aunque ese respaldo resultaría insuficiente si Xabier Agirre cierra un acuerdo con Bildu y EB. Eso sí, un apoyo de los socialistas a Agirre sería interpretado por el PP como un ataque directo que tendría "consecuencias evidentes" sobre el pacto por el que sostienen a Patxi López como lehendakari. "Tenemos un mandato de los alaveses y una legitimidad todavía mayor que en 2007 para liderar esa institución", recalcó Iñaki Oyarzabal.

En su discurso a puerta cerrada, Antonio Basagoiti insistió en la necesidad de que allá donde su partido llegue a gobernar o participar en la gestión lo haga enfatizando la transparencia, ya que, entre otras cosas, esas instituciones van a ser el principal espejo del PP vasco los próximos años.

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Sobre la firma

Javier Rivas
Forma parte del equipo de Opinión, tras ser Redactor Jefe de la Unidad de Edición y responsable de Cierre. Ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS, donde ha trabajado en las secciones de Nacional y Mesa de Cierre y en las delegaciones de Andalucía y País Vasco.

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