"Los ciudadanos se equivocan"

Las caras serias prevalecían ayer entre los miembros de IU en el Ayuntamiento de Córdoba. El alcalde en funciones, Andrés Ocaña, comparecía tras conocer la debacle de su candidatura, que solo ha conseguido renovar cuatro de los 11 concejales que tenía. Un descalabro inversamente proporcional a los cinco ediles logrados por Unión Cordobesa, el partido por Rafael Gómez Sandokán. Sobre este joyero y constructor, imputado en el caso Malaya, pesa una multa municipal de 24,6 millones de euros por construir cuatro hectáreas de naves ilegales.

Sobre la irrupción de Sandokán, Ocaña sentenció: "El pueblo también se equivoca. No hay que sacralizar siempre las decisiones populares. Y en mi modesta opinión, se ha equivocado esta vez, aunque haya que respetarlo plenamente porque forma parte de la esencia democrática".

Sandokán, un constructor y joyero populista y excéntrico -la estatua de San Rafael en Fuengirola lleva su rostro- se acercó en el pasado a áreas de poder como Cajasur o el propio Ayuntamiento. En este aspecto, Andrés Ocaña fue tajante ayer. "Nunca le hemos bailado el agua. Ni a él ni a nadie. Yo mismo le impuse la sanción de 24,6 millones de euros", subrayó.

El alcalde, que ni siquiera tomará el acta de concejal, fue pesimista sobre el futuro de Córdoba, con la mayoría absoluta lograda por José Antonio Nieto, del PP (16 concejales): "Creo que vienen malos tiempos".

Ocaña desvinculó el varapalo electoral de la marcha en 2009 de la exregidora Rosa Aguilar a la Junta de Andalucía y luego al Ministerio de Medio Ambiente. Lo que sí reconoció el regidor saliente es que carece de la capacidad que tenía su amiga Aguilar de atraer a diferentes tipos de votantes. "Y mucho voto de la periferia que, de manera natural, nos pertenecía a IU nos ha abandonado, creyéndose el mensaje político de Unión Cordobesa. Un mensaje sencillo, simple y precario de argumentos, pero que ha calado", prosiguió.