La satisfacción en Sabin Etxea contrasta con la decepción socialista
Abrazos y celebraciones en Sabin Etxea. Caras largas en el Hotel Domine. La noche electoral fue contrapuesta para PNV y PSE. Aunque con menos representación que hace cuatro años, los nacionalistas disfrutaron con su confirmación como primera fuerza en Vizcaya, mientras los socialistas trataron de sobreponerse a unos resultados que no esperaban. Bildu fue la gran ganadora.
El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, fue el encargado de reflejar la satisfacción que se vivía en Sabin Etxea tras los 325.968 votos recibidos en el conjunto de Euskadi. No solo por la supremacía en Vizcaya, sino por la reválida que a su juicio supone de las autonómicas de 2009. La amenaza sobre el posible pacto de PSE y PP surtió efecto a los nacionalistas, cuyo líder instó a unos y otros a ser "conscientes de que la realidad sociopolítica es la que es". En sentido inverso, valoró la irrupción de Bildu, que obtuvo casi 44.000 votos menos, y aseguró que refleja la "exigencia de la utilización exclusiva de vías pacíficas y democráticas".
Urkullu no cierra puertas a posibles acuerdos y Pastor solo a Bildu
A la espera de conocer con detalle el nuevo mapa político resultante de las elecciones, Urkullu recalcó que su partido estudiará los posibles pactos de gobierno "a partir del día 24". En este sentido, no quiso cerrar las puertas a ninguna formación y afirmó que los pactos se firmarán, "territorio a territorio y municipio a municipio", en función de la coincidencia programática. "Sería un error un empecinamiento en la política de bloques", avanzó.
El protagonismo de la jornada recayó en Bildu, aunque la coalición primó su triunfo en Guipúzcoa sobre su ascenso en Vizcaya. En conjunto, logró 953 concejales, 81 más que el PNV. Un impulso al "proceso" que "ya está en marcha", a su juicio, para lograr la paz y la normalización política.
En el lado opuesto de la balanza, el PSE no tardó ayer en reconocer que los resultados no habían sido los esperados. Su candidato a diputado general de Vizcaya, José Antonio Pastor, justificó que los electores nacionalistas habían acudido en masa a las urnas y los socialistas no. Aún así, consideró que su partido, tercero ahora en el territorio, "sigue contando con un amplio respaldo" y se remitió a la reunión que hoy mantendrá la ejecutiva para decidir la política de alianzas, para la que no descartan a ningún partido, con excepción de Bildu.
La primera valoración del PP corrió a cargo de su presidente, Antonio Basagoiti, quien situó a los populares como "la única formación que ha aguantado el tipo" ante la irrupción de Bildu.
Sin escaño en las Juntas Generales de Vizcaya se quedaron EB y Aralar. El vicecoordinador de la formación soberanista apostó por "una reflexión" sobre los resultados y también por "seguir trabajando desde la humildad para la construcción de una izquierda abertzale plural".
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