Día de Reyes en Montmeló

Los camiones de los equipos que se miden en el Mundial de fórmula 1 llegaron al circuito de Montmeló a principios de semana. Más que un convoy, aquello parecía la caravana de los Reyes Magos. La mayoría de contenedores iban a rebosar de piezas nuevas que los pilotos comenzaron a probar ayer, en las dos primeras sesiones libres del Gran Premio de España, y que terminarán de chequear hoy antes de la cronometrada (14:00 horas, La Sexta y TV3), para valorar después si los emplean mañana, en la carrera.

Las dos escuderías con la agenda más apretada eran McLaren y Ferrari. Los ingenieros han trabajado a pleno rendimiento para que Lewis Hamilton y Jenson Button dispusieran en el circuito catalán de un nuevo difusor, otro fondo plano y un alerón delantero distinto, a imagen del de Red Bull, además de una tapa del motor retocada y un difusor que ya colocaron en Estambul y que decidieron desechar, a última hora, por falta de garantías. Tim Goss, el director de ingeniería, reconoció que McLaren ha desplazado entre 10 y 12 evoluciones. En una situación parecida llegó Ferrari, que tiene la esperanza de potenciar el salto de calidad que el 150º Italia comenzó a dar en Turquía.

Mark Webber y Sebastian Vettel volvieron a dejar claro que el RB7 no tiene hoy competencia. El australiano fue el más rápido, mientras que el alemán terminó el segundo por la mañana, y el tercero, por la tarde.

Ayer fue un día duro para Fernando Alonso y Felipe Massa, una jornada de tajo, con pasos por la recta principal a velocidad constante a fin de recabar datos acerca del rendimiento de los retoques, una de las atribuciones más aburridas que tiene que afrontar un corredor, que si algo detesta es que le obliguen a ir despacio.

El departamento técnico de La Scuderia dividió el arsenal de mejoras y lo distribuyó por los dos bólidos porque así es más fácil validar la información, de modo que hoy, antes de la manga definitiva, seleccionarán las que más les convenzan y ensamblarán un híbrido con el que Alonso y Massa se jugarán su plaza en la parrilla. "Estamos contentos", dijo Alonso, satisfecho; "La primera impresión es buena. Hemos constatado es más o menos lo que esperábamos". "Creo que estamos más cerca del podio de lo que estábamos en Estambul. No tengo ninguna duda de que los Red Bull siguen siendo los más rápidos, especialmente en pistas como esta o Budapest. Sabemos que será difícil batirles en la cronometrada, pero creo que podemos estar un poco más cerca el domingo", añadió el asturiano, que concluyó cuarto en la primera ronda y quinto en la segunda.

Tanto McLaren como Ferrari, sin embargo, las pasaron canutas para realizar las probaturas que habían programado debido al nuevo compuesto súperduro que por primera vez se utilizará este curso. "¡Es un desastre! Entre el blando y el duro hay una diferencia de dos segundos y medio. No sé por qué han tenido que cambiarlos. Hemos ido entre cuatro y cinco segundos más lentos que en los test de pretemporada, y cuando hemos colocado el blando, ¡pum!, hemos vuelto a ir rápido", clamó Lewis Hamilton, que terminó el día con el segundo mejor registro, a menos de una décima del que clavó Webber. El británico fue muy crítico con el regalito de Pirelli, pero se mostró entusiasmado, como un niño el día de Reyes, con todos los que recibió de McLaren.